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VIDA DE CRISTO
Jesucristo , á la que desde la eternidad babia sido esco–
gida para ser su madre sin dexar de ser virgen. Inmo–
lábase María á su Dios en el fervor de la mas alta
contemplacion, dice san BernardG, cuando se
Id
apa–
reció · el ángel rodeado todo de luz : este enviado del
,.
cielo , lleno de respeto
y
veneracion á la que
ya
mi–
raba como
á
reyna del cielo
y
de la tierra , la dbco:
Dios te salve llena de gracia
;
el ·señor es contigo
;
ben–
dita eres entre todas las rnugeres.
La vista de un án–
gel en figura humana,
y
el magnífico elogio .que acababa
éste de hacer de su v.irt11d causó á la mas pura
y
mas
humilde de las vírgenes una admiracion
y
un temor, que
no pudo disimular : no sabía tampoco lo que quería decir
el ángel con aquella süerte de salutacion. Advertido el
ángel de todo esto, la dixo: No temas , María; te ama
Dios mucho para que temas: vengo á anunciarte de su
parte que has de ser madre de un hijo que será. grande
de todos modos , pues será al mismo tiempo el hijo úni–
co del Altísimo. Como hija tuyo descenderá de David,
siendo
tú
de esta real casa; pero no debe sentarse sobre
el trono por derecho de sucesion: la corona que le está
destinada , no será de la misma naturaleza que la de los
reyes de la tierra que fenece con éllos : su reyno , co–
mo que le tendrá de Dios, que es su padre , no ten–
drá fin : reynará sobre todos los pueblos del universo:
sus vasallos serán los verdaderos descendientes de
J
acob,.
y
los únicos herederos de las
prome~as
hechas á todos
los santos patriarcas: en él se cumplirá todo lo que
los profetas han predicho del Mesías.,
y
por la justa co–
rrespondencia que se verá entre la prediccion
y
los
suce~
sos, no habrá ninguno que no pueda reconocerle por el
Mesías.
María , que estimaba en mas la virginidad que habia
votado, que todo cuanto. habia en el mundo de mas
li–
sonjero y de mas- brillante , l\aciendo refiexíon sobre el
modo como vivia con san José su esposo, le dixo al
ángel, que no comprendia cómo podria cumplirse en
élla este gran misterio: que habiendo consagrado á
D~os
su virginidad desde
Sl)S
p~.imer©~
años, parece no po–
dria ser madre. El ángel, que esperaba , que la santísi–
ma
Vírgen
le propusiese esta dificultad, la descubrió en-