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SEÑOR NUESTRO.
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xo los nombres figurativos deCristo óun Ungido del Señor,
de Libertado·r , de Caudillo, de
Rey,
de Enviado, de Con–
ductor, de Mesías, de Salvador. Por medio de estas pin–
turas alegóricas quiso ·el Espíritu ·santo familiarizar, por
decirlo así, el espírititu humano con una verdad, contra
la cual se revolvia naturalmente toda su razon,
y
hacerle
poco
á
poco capaz de la fe de un ·misterio tan sobre los
sentidos
y
la razon.
§.
l 1
J.
Otras predicciones tocantes
á
la 'Uenida
del Sal'Uador.
Como el Verbo divino debia hacerse hombre , no solo
en favor de los judíos, sino ta1nbien de los gentiles , qui–
so Dios
á
nuestro modo de entender, hacer que en me–
dio de la gentilidad hubiese
o~áculos
que predixesea la
encarnacion del Verbo, la venida del Hijo de Dios,
y
las principales acciones de su vida. Tales son las pre–
dicc10nes de las Sibílas, citadas por los antiguos padres,
las cuales anunciaban, entre otras cosas , el •nacimiento
de Jesucristo de una madre vírgen, su pasion, su muer–
te, su milagrosa resurreccion,
y
el juicio universal, que
son los misterios mas estupendos
y
mas sobre la capa–
cidad del espíritu humano. Como .el don de profecía es '
un puro ddn de Dios, indepepdiente del mérito
ú
de la
indignidad del sugeto, como se ve en Balaan y en Saul
que ámbos á dos profetizáron , no es -imposible que Dios
communicase este don á alguno de entre los gentiles, si–
guiendo en esto los adorables designios de su providencia.
San Agµstin, aquel grande ingenio, superior
á
tantos
ótros, refiere en su libro diez
y
ocho de la ciudad de Dios
la prediccion que hizo de Jesucristo la Sibíla . Eritrea,
ceréa ' de mil
y
doscientos años ántes
~el
nacimiento
ael
Salvador. Cuenta este santo Dodtor la descripcion vivá
y
enérgica que esta Profetisa
ha-ctt
del-juicio final en ver–
sos acrósticos sobre estas ·p4labras :
Jesus Christus,
Dei ftlius, Salvator.
·No es menos admirable · ni
imé–
nos propia la pintura que hace mas adelante -_de la pasión
del Salvador : estas son , sus' palabras ,
segun
las re...