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DOMINGO

DIEZ

Y SIETE

na

(2.

Corint.

3'2.).,. la caridad no es. envidiosa, nada hace

perversamente ,_no se hincha: no es. ambic:osa , no bu ca

sus propios inte.reses, no se irrita,, no piensa mal de nadie,

no se alegra del agravio ni del mal del ótro; solo se alegra

y

se goza de

lo

que es conforme; á la verdad,

y

de la pros–

peridad de sus. hermanos : es dócil, humilde, agradable,

constante.

~Reconoces

tu devoción

y

tu amor de Dios

en

esta

pintura~

Dices:

qúe amas

á

Dios de todo corazon: este es

el

pri-.

mero de los mandamientos, y la basa de todos los órros;

y

· nada puedes sufrir ni padecer por el amor de Dios: amas

á

Dios ,

y

no amas

á

tu

próximo : estás resentido con él,

y–

no puedes resolverte á reconciliarte con tus hermanos.

Amas

á

Dios,

y

quebrantas. sin escrúpulo

á

cada paso las

órdenes de Dios,

y

prefieres tus inclinaciones.

á

la voluntad

de Dios,

y

sacrificas. los intereses de Dios, tu conciencia,

tu religion

á

tus propios intereses,

á

tus pasiones,

á

tu

gloria. Dices. que amas

á

Dios:

i

sostendrás esta proposi–

cion en el tribunal de Dios?. Si amar las honras

y

los de–

leytes" si el amarse

á

sí mismo 'Únicamente,. fuera amar

á

Dios..,, muchísimas gentes podrían decir que aman

á

Dios:

i

y

no serías tú

una

de éllas? Consultemos nuestras accio–

nes mas bien que nuestros. sentimientos

y

que nuestras

ideas : es necesario poder decir

á

Jesucristo como san Pe–

dro:

·Tú

sabes,. Señor,. que te amo: tú que no puedes enga–

ñarte.,, conoces que mi corazon está abrasado de un vivo

y

ardiente amor de ti. Es necesario que nuestra humildad

y

nuestra paciencia, nuestra mansedumbre, nue tra mor–

tificacion, nuestra caridad con el próximo, nuestro fervor,

nuestra perseverancia nos puedan decir

á

nosotros mismos.

que amamos

á

Dios: otro cualquiera restimonio sobr

e es–

te punto

es

sospechoso..

El

mismo Dios no atiende

ni

es.cu–

cha

otro lenguage.

¡Ah

Señor.,, qué

de

tiempo he estado engañado , li–

sonjeándome que os amaba! Los defectos tan multiplica–

dos

y

tan groseros que he cometido, hubieran podido abrir–

me los ojos,

y

des.cubrir la ilusion en que estaba, si esta

il,usion hubiera sido menos· voluntaria ; pero pues os.

<lig–

nais hacerme el favor de que conozca cuán poco os

be

amado basta aquí, concededme

que

os ame. desde este

momento de todo corazon.