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DOMINGO DIEZ Y SIETE

Ser llamado al cristianismo es ser llamado

á

una santi–

·dad eminente: ¡qué inocencia,

qué

pureza de costum–

-bres, qué regularidad de conducta no exige de todos los

fieles la 'augusta cualidad de cristianos! Sed santos , co–

mo es sa·ato vuestro Padre celestial; la santidad del mis–

mo

Dios es el piodelo que se nos propone. ¡Qué pureza

mas pe rfec ta! EUa condena. hasta el menor de eo impuro,

ha<;ta el menor pemamiento criminal. Quiére el Apóstol

que ni aun <;e sepa el nombre de

la

impureza :

N ec norni–

netw· in vobis.

¡Qué mortificacion mas constante de to–

dos

:los

sentido"! ¡qué modestia , qué circunspeccion,

qué

reserva!

No

hay

vicio que no esté proscripto, ni hay

im?erfeccion q11e no sea condenada. ¡qué amor de Dios

.m1'i

perfecto! ¡ ¡11é caridad con el próximo mas univer–

.sal

y

·mas sincera!· ¿Hubo jamás

i<l~a

de perfeccion mas

s·ublim;! qQe la que no<;

da

nuestra religion, que la <que

)JO

.da el eyangelio

t

No

ha~

cri-;tiano que por su· vocacion

al

cric;ri an ii;;mo no esté

obli~ado

á

aspirar continuamente

á

e sta perfcccion. Este es el espíritu de la ley ; este

y

no

ó~ro

es el espíritu de Jesucristo. Ajustad este espíritu con

~1

dd

1

1U•10Jo; 1ajustad esta obligacion

á

teaer una vida tan

sarna , .con·

la

.vid<t. regalona, con la vida mundana de

la

mayor ,parte de los cristianos.

,

-

Sed perfectamente humildes, suaves, pacientes, so–

portándoos únos-á ótros con caridad:

Supportantes invicem

in

charitate.

Explica aquí san Pablo mass por menor las

ps.in1.dpales virtudes

á

que le obliga su vocacibn

á

la

,fe:

pone,

y

con razon , la humildad

á

la frente de las virtu–

des cristianas, corno que .es el fundamento de todo el edi–

ficio espiritual,

y

de la perfeccion cristiana. Esta virtud

ignorada de los filósofos , dice san Agustin , poco cono–

cida de los judíos, menospreciada de los mundanos, es tan

necesaria para la sal vacion, que

sin

élla las mismas virtu–

des se convierten en vicios. Sabia muy

bien

el Apóstol,

que cuando uno es humilde, suave, afable, paciente, so–

porta facilmente á los ótros con aquella caridad compa–

siva y p·revenieote que no puede subsistir donde reyna

la

soberbia:

Soliciti servare unitatem spiritus in vinculo pa–

cis

:

Procurando tener unidos vuestrós espíritus

con

el

vínculo ó lazo de la paz. Vivid entre vosotros, como

si

todos no

tuviéseis sino un corazon

y

una alma:

Cor unum,