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DESPtJES DE PENTECOSTES.
observan los mandamientos· :
Beati immaculat i in vía, qui
ambu/ant in lege Domini.
Algunos son de parecer que
Da·
vid compuso este salmo en
los
desiertos, donde la perse–
cucion de Saul le obligaba
á
estarse escnn.dido; ·lo cierto
es, que nada era mas capaz de sostenerle'
y
de·
suaviZ!a,r
sus penas,. que los sentimientos de que está lleno este sal–
mo; y asimismo nada es mas propio par a consolarnos
y
sostenernos en este lugar de destierro , que los sentimien–
tos de·devocion que .se· hallan esparcíaos en todo este 'sal-–
mo. Contierte ciento
y
setenta y seis versículos, de
lo~
que
no ha
y
uno en que la ley de Dios no esté éontenida
'y
'ex–
presada en términos , que aunque diferentes, tienen todos
el mismo sentido, ley,
tes~im<'mio,
camino , mandamien–
to., discurso, preceptos, juici0s , ordenanzas, verdad, pa–
labra, justicia; no significando todó.s
~stos. difer~ntes
tér–
mfoos otra cosa qüe la ley .de 1Dios
~
de
crnya_eNa()'.ta oh'–
·.servancia depende la··eteri:ia bienavem:manza, que es. el
objeto de los deseos de todos· los hombres. ·
.
La epístola de la misa de este dia se tomó del capí–
tulo cuatro de la carta de san Pablo
á-
los efesios. Exhórra–
los el s'anto Apóstol á:que tengan Wdos u-n mismo
e'Spirim.~
así com0 todos baéen "Un 'solo '
cuerpo~
y
no
1
tienen. sino
un mismo Señor, una misma fe,
uri
solo ,baurism·o. ,. ,.
I . . ·
Ob.recro vos ego vinctus
iti
Domfoo, ut
digne
ambuletis
vocatione, qua vocctti estis:
Os ruego yo que estoy preso
por el Señor, que ' tengais una conducta digna de vues–
tra vocacion. Llámase. san Pablo preso por nuestro Se–
ñor Jesucristo, gloriándose de sus cadenas,
y
mirandod"á
honra que
teriia
de padecer
y
estar en prisiones por
el
amor de Jesucristo, como la mas gloriosa época de su
vida. En efecto, no hay cosa ni mas honrosa, ni mas útil
que padecer por los intereses y por la gloria de Dios.
Preséntase el santo Apóstol
á
los efesios cargado de hie–
rros por Jesucristo, para moverles y hacerles recibir con
mas docilidad sus instrucciones, y al mismo tiempo
ani–
marles con su exemplo
á
la práctica de esta virtud
y
al
amor de ]os trabajos. Nada es mas elocuente • ni persua–
de mas que el exemplo. San Pablo lo dice todo en dos pa–
labras, cuando exhorta á los efesios
á
que tengan una
conducta digna de la excelencia
y
de la santidad de su
vocacion:
Ut digne
ambuletis vocatione qua vocati estis.
Tom.
V.
R 3