![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0227.jpg)
DESPUES DE PENTECOSTES.
~19
mascarrilla de devocion; y esto es lo que hace decir
á
los
mundanos, que no hay ira mas maligna que la de un
devoto. Se perjudica
á
la religion en servirse de un nom–
bre tan santo para señalar unas gentes que lo son tan
poco. La virtud no t iene hiel ; ni un hombre de bien tiene
ira
sino contra sí mi smo. Sus defectos son el único obje–
to de su bilis; la sensibilidad, la amargura, la cólera nun–
ca e encuentra donde reyna la verdadera devocion. Hay
tambien cóleras mudas; no hacen tanto ruido , pero ha–
ce
n lodavía mas mal. No hiere el rayo cuando se ha oido
el
true.no;el mas temible es aquel de que no se ve
ni
aun
el
relámpago. Estas cóleras alborotadas y ruidosas son
criminales; pero su malignidad se desvanece
y
cesa con
el ruido.
El evangelio es del capúulo 6 de san Mateo.
In
illo tempore
dixit Jesus
discipulis suú: Nemo porest
duobus dominis
serv1re
:
aut
enim unum· odio habebít
,
et al–
terum diliget
:
aut unum --sus-
.
tinebit
,
et alte-rum conremnct.
Non potestis D eo servire et
mainmon12. Ideo dico vobis, ne
snliciri sitis animce vestrce quid
manducetis
,
neque corpori ves–
tro quid indu(m.ini. Nonne ani–
ma plus est qudrn esca
;
et cor–
pus plus qudm vestimentum
~
Respicite v olatilia
creli quo-
1'Jidm non
serunt
,
neque me–
tunt
,
neque congregant in hor–
rea
:
et Pat er vuter crelestis
pascit illa. N on'le vos magis
plttris estis iilis
1
Quis autem
vestrum C!1gitans po1ens ad;i-
cere ad staturam suam cubitum
tmum?
Er
de vestimento quid
soliciti esris
1
Consider ..11e lilia
agri qrmmodo crescunt
;
non
Ja f,,.rant , neque nent. Dico au–
tem vobis
,
quoniam nec Salo-
En aquel
tiempo dixo Jesus
á
sus d iscípul0s : Ninguno puede
servir á dos señores , porque , ó
aborrecerá al úno,
y
amará ·al
ótro ; ó al úno le sufrirá,
y
al
ótro Je despreciatá. No podeis ser–
vir á Dios
y
á
las riquezas. Por
tanto os digo , no seais solícitos
de con qué alimentaréis vuestra vi–
da , ni de con qué vestiréis vuestro
cuerpo. Por ventura ,
¿ la vida
no es mas que el alimento , y el
cuerpo mas que el vestido? Mirad
las aves dei ay re como no siembran
ni siegan, ni amontonan en tro–
xes ,
y
vuestro Padre celestial
las
alimenta. Por ventura, ¿no valeis
vosotros mas que éllas
1
¿Y
quién
de vosotros , por mas que p iense,
puede añadirá su estatura un co–
do'?
Y
en órden al vestido,
t.
por
qué
teneis
c uidado
1
Consíderad
Jos lirios del campo cómo crecen:
no
trabajan
ni
hilan. Con
todo
esto
o
d ig"> , que
ni Salomon
en
todo su esplendor est.í vt:stido como