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DESPUES DE PENTECOSTES.
217
nis: r¡uie sunt forriicatio
,
im–
mundztia
,
iinpudicitia
,
luxu–
ria, idolorurn servitus
,
vene–
fi<
ia, inirnhitia, contentiones,
&emulationes
,
irce
,
rixce
,
dis–
sensiones, sect<e
,
invidice
,
ho–
micidia
,
ebrietates
,
cornessa-
·
tiones, et
his
sirnilia,
quce
pr<e–
dico vobis, sicut prcedixi
:
quo–
niam qui tatia agunt
,
regnurn
D ei
non consequentur. Fructus
autem espiritus est charitat,
gaudium, pax
,
patientia
,
be–
nignitas
,
bonitas
,
longanimi–
tas, manruetudo, fidet, modes–
tia, continentia, castitas. Ad–
versiu hujusmodi non est lex.
Qui aurem sunt Christi
,
car–
nem suam crucifixerunt curn
vi–
tiis
et
concupiscentiis.
xo de la ley. Las obras de la car–
ne son manifiestas , las cuales son
el adulterio , la fornicacion , la
impureza , la injuria, la idolatría,
los encantos , las enemistades , las
contiendas , las emulaciones , las
iras , las riñas , las disensiones , las
sectas, las envidias , los homicidios,
las borracheras , las comilonas ,
y
cosas semejantes á éstas, de las cua–
les os advierto, como ya tengo di–
cho, que aquellos que obran seme–
jantes cosas , no conseguirán el rey–
no de Dios. Pero el fruto del espí–
ritu es la caridad, el gozo, la paz,
la paciencia, Ja benignidad, la bon–
dad, la longanimidad, la mansedum–
bre, la fe, la modestia, la continen–
cia, la castidad. Contra estas cosas
no está la ley. Aquellos, pues, que
son de Cristo, crucificaron su carne
con los vicios
y
las pasiones.
NO TA.
1
"En algunos pasages habla san Pablo
á
los gálatas
"como si hubieran sido judíos ; pero ' todo lo demas de la
"epístola muestra bastantemente que habían sido con ver:–
'' tidos del paganismo, pues les dice, que en otro tiempo
"no conocian
á
Dios,
y
que adoraban
á
unas divinidades
"que no son dignas de este nom,bre. San Gregorio cree,
"que esta carta fue escrita en Efeso, tres ó cuatro años
"despues de la conversion de los gálatas."
1 •
RE F LE X1O N E S.
r ,
Los rebatos de la ira;
este es ,; segun el Apóstol, uno de
los frutos de la concupiscencia y de la carne. En este
fondo nacen esas espinas, cuya picadura es siempre vene–
n?sa, y cuya punta nunca se embota. La ira
y
e_l
fur.or,
dice la Escritura, son execrables (
Eccl.
27.):
i
y quién
puede sostener la violencia de un hombre colérico
y
arre–
batado
1
lmpetum
concitati spiritus
ferre quis
poterit