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DOMINGO TRECE
~
Si
tienes
paríentes pobres
ó
afligidos , no dexes de
verles
y
de asi stirles: los primeros son tus parientes,
y
así deben tener la preferencia en tus obras de misericor–
dia. ¡Cosa extraña!
Sé
hallan personas que tienen ver–
güenza de ir
á
ver á sus parientes pobres , como si esta
visita debiera deshonrarles, nada mas opuesto al espíritu
de
Jesucristo
y
á la caridad cristiana que esta mala ver–
güenza. Mas bien irian
á
visitar á los pobres en el hos–
p ital, que á un- pariente pobre en su casa. Una secreta va–
nidad es la verdadera causa de esta preferencia. La visi–
ta de los pobres en el hospital trae siempre alguna hon–
ra; pero un pobre que es nuestro pariente, humilla
á
una
alma vana
y
orgullosa. Guárdate bien de dar oidos á una
tan necia vanidad: infórmate si tienes algun pariente ne–
cesitado;
y
no pases el dia sin visitarle
y
socorrerle. Si hay
alguno de los que te han injuriado que esté afligido
ó
menesteroso, visítale, alíviale., prefiere esta obra de cari–
dad á todas las demas; este es el espíritu del evangelio
y
del cristianismo. Finalmente, propon no pasar dia al–
guno,
ó
á lo menos algtma semana sin practicar alguna
obra de misericordia: esta práctica es quizá la señal mas
segura de la predestinacion
y
de la salvacion.
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DOMINGO TRECE
DESPUES DE PENTECOSTES.
Como el evangelio de la misa del día es siempre quien
sirve de título,
y
da el nombre á los domingos despues de
Pentecostes, este domingo trece en todos tiempos se
ha
llamado
el
domingo de los diez leprosos curados; los grie–
gos
y
latinos convienen entre sí en darle esta denomioa–
cion.
Pudiera tambien llamarse,
á
mi parecer , el domin–
go de la ingratitud, pues de los diez leprosos á quienes cu–
ró
milagrosamente el Salvador,
Ú110
solo volvió á dar
las gracias á su bienhechor, no habiéndose dexado ver los
otros nueve:
Non est inventus qui r-ediret, et daret gto-
.