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DOMINGO
DOCE
en verdad os dígo, que siempre que hicísteis estas cosas
con uno
de
los mas pequeños de estos mis hermanos, las
hidsteis
conmigo mismo. La sentencia de condenacion
con que el soberano
Juez
precipitará
á
los réprobos al
fuego ecerrto
1
no tendrá por motivo sino su insensibilidad
á
los males
y
á las necesidades del próximo.
i
Podemos
creer esta
gran
verdad ,
y
no enternecernos las miserias
agenas?
í y
pasar un solo dia sin santificarle con algunas
obras de mi ericorctia?
En
aquel día tan terrible en que el
sobera110 Juez premiará á cada uno segun sus obras: en
el
dia deci sivo de nuestra suene eterna, ninguna mencion
hará
el
Señor de las maceraciones del cuerpo, de los
exercícios de devocion,
de
las oraciones: no
es
esto decir,
que no le sean acepta<>, que no atienda
á
éllas, que no sean
trnos med ios
de
sa lvaaioil, asL como son unos actos de
virtud dignos
de
·recompensa: el Salvador ha querido
hacernos comprender cuánta es la necesidad de las obras
de mi ericordia , cuánto es
su
mérito,
y
que sin esta ca–
ridad crisriana hace Dios poco caso de todas las otras vir–
tudes. Sin embargo, esta caridad está el dia de hoy
muy
i·esfriaJa entre los cristianos : mfranse las obras de mise–
ricordia como unos actos heróicos, propios
de
tirl
corto
número de personás devotas;¿ Y deb1tn mirarse como sim–
ples consejos , cuando son los motivos de una sentencia
decisiva de tau ta consecuencia?
De
nada se cuida menos
que de las obras de misericordia ; porque la caridad que
debia carácterizar
á
los
cristianos
está
casi apagada.
¡Cuántas personas rlo
han
puesto jamá los pies en un hos–
pital
!
i
Esas personas tan opulentas, tan engalanadas, tan
magnificas ert muebles • en vaxillas, en caballos alivian
y
visitan
á.
esos pobtes presos , á esos pobres vergonzantes,
que quedariart ricos con lo supérfluo de tantos ricos, si
lo ernplea-ran en lo que debian? ¡Ah; Señor! si la caridad
cristiana :es tan rara el dia de hoy, si está casi apagada;
i
donde está,
y
cual es nuestra
fe~
Ya comprendo, Señor, cu.áctta razon tuvísteis para
decir, que es corto el número de los escogidos. Pero, Dios
mio
1
aunque ruera mas corto que lo que es , yo quiero
ser de este corto número., os pido vuestta gracia; y ayu–
dado de élla , espero que la resolucion que tomo de pasar
el
resto de mis días en el exercicio de las obras de mise...