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DESPUES DE PENTECOSTES.

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el que no quiere descubrir las llagas de su alma

al

carita–

tivo

médico que se las puede curar.

Lo primero que hizo el Salvador fue sacará este hom·

bre de entre la muchedumbre. Hay un género de peca–

dores que no se convierten mientras permanecen en me–

dio del tumulto , es menester retirarlos de él ; el retiro

es el que únicamente puede poner

al

pecador en estado

de

oir

la

voz del Señor.

En

la soledad es donde Dios habla

al corazon del pecador. Habiendo cogido el Hijo de Dios

aparte á aquel hombre sordo y mudo, le mete los dedos

en

los oidos, le toca la lengua con su saliva , levanta los

ojos al cielo, suspira

y

gime por él y por todos los peca–

dores, de los que era figura este enfermo;

y

habiendo pro–

nunciado en siriaco, que era la lengua del pais , esta pa–

labra

Ephphétha,

que quiere decir, ábrete : el enfermo se

encuentra curado : ábrense sus <>idos, su lengua se desata,

oye el sordo la voz de su médico,

y

habla el mudo con

una facilidad que aturde y regocija

á

todos los que se ha–

llaban presentes.

¡Qué

de misterios, todos los mas instruc–

tivos, en este solo milagro! Notad, que el Salvador se

contenta con decir á los oidos

Ephphétha, abríos;

pero no

dice

á la lengua, desátate; porque basta que el pecador

oiga la voz de Dios para que hable al instante: la lengua

no está atada cuando

el

corazon está movido. El peca–

dor es muy dificil de convertir cuando no quiere oir ha–

blar de su estado,

ni

manifestarle por sí á los que podrían

sacarle de él. Gime el Salvador, levanta los ojos al cielo;

así lo acostumbraba hacer ordinariamente antes de obrar

los mayores milagros. Todo esto mue tra la dificultad

de

la curacion. No necesitaba el

Hijo

de Dios hacer todas es–

tas ceremonias para volver el habla y el oido

á

aquel

mudo y sordo: con solo querer que hablara y que oyera,

al punto oiria y hablaria; pero quería el Salvador instruir–

nos y enseñarnos, que es necesario levantar los ojos al cie–

lo

y

gemir; es decir , que es necesario orar y hacer pe–

nitencia por esta especie de pecadores. Quería tambien el

Salvador enseñará sus discípulos con estas ceremonias,

las que debian observar éllos en la adminístracion del

~acramento

del bautismo ; así lo comprendieron los

apóstoles de pues de

la

venida del Espíritu santo,

y

Jo en–

señaron despues á la Iglesia. En la explicacion

que se

dió