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DOMINGO ONCE
una hija suya de un demonio de que estaba poseida. No
se detuvo mucho tiempo en aquel pais el Hijo de Dios: so–
lamente queria que entendiesen, que aunque babia venido
principalmente para convertir
á
los judíos, como se les
había prometido; pero que no había venidó menos para
los gentiles , aunque éstos no hubiesen de ser llamados
á
la fe sino despues que los judíos se hubiesen hecho indig–
nos del evangelio.
Volviendo, pues, Jesus del pais de Tiro, fue por Si–
don ; es decir, pasó solamente por el territorio de los si–
donios,
y
tomando su ruta hácia el mar de Galiléa, atra–
vesó una parte del pais de Decápolis. Llamábase así un
rincon de Galiléa, en Judea; el cual se extendía desde el
monte Líbano, hasta cerca del mar de Galiléa,
y
tomaba
este nombre de las diez principales ciudades que ence–
rraba,
y
eran: Dan, ó Cesaréa de Filipo, Cades, Neftám,
Neftali , Asór , Sefér , Cafarnaún , Coroz:iím· , Betsáyda,
Jotapata , Tiberíades,
y
Bepsán,
ó
Escitópolis. Luego que
el pueblo supo que Jesus babia llegado
á
aquel pais, se·
fué
á
encontrarle. Lleváronle un hombre que era
~ordo
y
mudo. Este pobre hombre daba grandes gritos, prorum–
piendo en algunas palabras confusas
y
poco articuladas,
como hacen ordinariamente los mudos cuando se esfuer–
zan
á
ver si pueden hablar,
y
no se pueden hacer enten–
der. Suplicaron al Salvador que le tocara con su mano
y
le curara. Hizo el Señor lo que deseaban; pero con
ciertas ceremonias , de lo que no acostumbraba servirse
cuando hacia otros milagros. Con esto quería el Salva–
aor damos á entender que sus menores acciones eran unos
misterios que se deben respetar , instrucciones mudas de
que nG>s debemos aprovechar,
y
exemplos que debemos
segufr. Queria al mismo tiempo hacernos comprender
con .estas ceremonias, que no
hay
demonio mas peligroso
que el que nos cierra la boca,
y
nos impide descubrir las
llagas q,el alma. N ingun pecador mas dificil de. convertir
que el que está sordo
á
la voz de Dios. Estas dos enfer–
medades del alma son casi incurables; es necesario un
gran milagro para curar esta sordera .espiritual ; no hay
señal mas visible de reprobacion, que cuando un pecador
rehusa oir la voz de Dios que le llama
y
le ofrece su mise–
ricordia; ningun pecador está en mas grande riesgo que