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DESPUES DE PENTECOSTES.
143
,,mismo principio , que es el E <> píritu santo; y por consi–
" guíen te , que todos se deben estimar igualmente.''
RE F L E XI O N E S.
L
as gracias son dif erent es
;
pero el espírit u es el mismo :
luego no debe reynar la envidia en los d iferentes minis–
te1 ios , ni el descuido, ó la haraganería en el exercicio de
las sagradas funciones. Desde que se sabe que los dones,
las
graci~s,
los talentos, los diferentes empleos vienen to –
dos de la misma mano, y que es el mismo espíritu quien
los distribuye, todos deben tener el mismo fin, todos
me~
recen nuestra estímacion ;
y
así se puede decir con ver–
dad, que nada hay que sea pequeño en el servicio de Dios•
.;Qué error no estimar los empleos sino por la relacion
al lust1e y á la preeminencia del puesto en que se exer–
cen
!
La dignidad de los empleos viene de su principio
y
de su fin. Los coros de los ángeles en el cielo son dife–
rentes en dignidad , .segun la excelencia y la dignidad de
su ministerio ; pero todos son respetables , pues todos son
ministros del Altísimo. Los dones del Espíritu santo son
puras gracias , don de consejo , don de sabiduría, don <le
lenguas , don de ciencia , don de milagros ; .todo es dado
para la utilidad del próximo , y de ningnn modo para la
gloria particular, y para sola la ventaja del sugeto á quien
el Espíritu santo ha enriquecido con sus gracias pura–
mente gratuitas :
i
cuál debe ser, pues, su reconocimien–
to?
i
Pero que delito si entierra estos talentos , ó si una
vana reputacion es el fruto de un tesoro de que no éra–
mos sino unos
ecónomos~
Scientia inflat,
dice el Após–
tol , la ciencia hincha , y toda hinchazon está llena,
ú
de
podredumbre,
ú
de viento. Ninguna cosa mas vana que
la gloria que se busca , y con que se saborea la imagi–
nacion por unos bienes que no tenemos sino en depósito.
Quid habes quod non accepisti
?
Si autem accepisti
,
quid
gloriaris quasi non acceperis
~
i
Qué tienes que no hayas
recibido~
Y si has recibido cuanto tienes,
i
por qué te glo–
rías como si no lo hubieras
recibido~
Pocos de esos hom–
bres tan distinguidos por su raro saber, por su alta sa–
biduría
y
.comprension , pocos hay que tarde
ó
tem–
prano no s.ean otros tantos objetos de lástima , despues