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DESPUES DE PENTECOSTES.
145
ago tihi
,
quia non sum sicut
ceteri hominum: raptores
,
in–
justi, adulteri, wlut etiam hic
publicanus. Jejuno bis in sab–
bato
:
decimas do omnium,
qwe
porsiJeo. Et publicanus
d
Ion–
ge
stans, nolehat nec oculos
ad crelum levare: sed percutie–
bat
pectus suum, dicens
:
Deus,
propitiur esto
mihi
peccatori.
Dico vobis
,
descendit hic jus–
tificatus in domum suam ab illo;
quia omnir
,
qui se exaltat, hu-
111iliabitur
,
et
qui
se-
humiliat,
ex{fltabitur.
mas hombres : ladrones , injustos,
adúlteros , ni como éste publica–
no tambien : ayuno dos veces en la
semana: doy los diezmos de todo
e
uanto poseo.
Y
el
publicano, que–
dándose á lo
lejos,
no se atrevía ni
á
levantar los ojos al cielo , sino
que heria su pecho, diciendo :
O
Dios , te'n misericordia de
mí
que
soy pecador. Os digo que éste vol–
vió á su casa justificado, á diferen–
cia del ótro; porque todo aquel
que se ensalz?, será humillado,
y
el
que
se
humilla,
será ensalzado.
MEDITACION.
De la humildad cristiana.
P U N T O
P R 1 M E R O.
Considera que la humildad cristiana es la virtud de las
almas grandes, de los genios sublimes que están ilustra–
dos de las mas vivas luces de la fe. Qué error confundir
esta noble virtud con la pusilanimidad de las almas
tí–
midas. La humildad cristiana no es esa obscura
y
floxa
ociosidad de un corazon lánguido ,
y
de un espíritu me–
dio apagado ; es un vivo conocimiento, es una persuasion
práctica de su propia indigencia
y
de su nada, que ins–
pira sentimientos conformes á sus luces , que hace con–
cebir un verdadero menosprecio de sí mismo , inspirandQ
al mismo · tiempo una respetuosa
y
tierna confianza en
I>ios.
·
Ninguna cosa mas puesta en razon , ninguna mas no–
ble que estos baxos sentimientos que tiene uno de sí mis–
mo , porque se sabe son verdaderos. Es necesario tener
espíritu para conocer que tenemos muchos defectos
y
poco
mérito. Un genio apocado
y
limitado no admira ni apre–
cia sino lo que crece en su propio terreno , como les su–
cede á esas gentes groseras que no salen jamás del lugarejo
de su nacimiento , pero cuando la gracia perfecciona este
Tom.
V.
K