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DE CUARESMA.

289

1

AéuiÁi'oíiiÁs

PARA

EÑTR,E

E~ Qí~. ·

I

~

Domine

,

ut videam.

Luc.

I

3.

.

Señor, no permitais que yo cierre jamás los ojos

á

las lu–

ces de vuestra "'gracia.

/Ilumina oculo.s' meos•,

ne

umquam obdormiam in morte.

Salm.

c2.

·

·~

.J

~

.Alumbrad, Señor, mis ojos, y libradme

pai=a

siempre

de

esta mortal ceguedad.

1

·

1

J?

Ro·!'

o~s

f.

To

s.'

1

P~es ~~hay ~áyor .dt:¡~graoia

1

d~ranté

esta

vidá

qu~ l~

ceguedad espiritual, nada temas tanto como esta desgra–

cia. Aunque .e·a sí

misrr~a

es incurable, no lo es respecto

del divino m,édico''de' 'uestra

alma;

pero es menester que

,el alm_a .

q,uj~ra

.cur'ff. , .

P.

i ~ríGrao~

1

_el

S~ñor

que

eI

. ~iegcp

que gntaba tanto

dctr~s d~

el en el cam¡no de Jenco, pe-

día que le diese vista'; sin erñbargo,'··µo quiso dársela, sino

despues que

le

hubo dicho:

Domine, ut videam.

Señor,

·quiero ver. Hazle

tod f?S

lo.s dif!S la rpisrpa_corta depreca–

cion ,

y

medita a1guna de las.gran_de,s verdad.e:? de nuestra

re~igion,

y cuandQ .,té. mQvieren .menos, teme "rio ea és-

"'

'

)

\....-

,

l'lt

.te un principio de

~a ceguedad -~ , ~

tu

alrñ~, qu~ ' sea nec~-

sario prevenir cuando

empieza~ '.

1

'

• ••

2

Considera qué caso ha-ces ' de .los exercicios mas or–

dinai;ios de ,piedad. Casi

sie1úpr~

ná.c;e \a ce$ uedad espiri.–

.tt,ial

4~ la~ ·

negligencias ligeras en lás

mas.,p

eqm; ñ

as .,cos~s.

_µn

mal ) , e ojos regula rment.e se-

ti~ne p'o~

'co.sa

.aé

poca

monta; pero si continúa, sin embargb ae·

los· r

emedio~,

corre riesgo de perder los

oj9s.

La negligentiade las peque–

ñas obligaciones parece poco considerable; pero si despues

de tantos medios saludables sin ningun fruto

continú~

la

negligencia

y

la tibi eza : si queb.rantas tus reglas ,

ó

tus

exercicios de devocion sin remordimiento: si no echas

de ver las consecuencias de esas frecuentes infidelidades

en el servicio de Dios: i no sientes las pequeñas fa ltas que

te son tan ordinarias : si despues de tantas confesione , co–

muniones

y

meditaciones sin enmienda

y

sin fruto es tás

Tom. 11.

T