![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0144.jpg)
134
LUNES TERCERO
"por la impiedad de muchos de sus reyes,
y
por la licen–
" cia de los pueblos.
RE FLEXIONE S.
Cuando el Profeta os hubiera mandado alguna cosa difi–
cultosa, debeis, sin embargo, hacerla; iPues cuánto mas
le debes obedecer, cuando te dice, Vé
á
lavarte en el
Jor–
aan' y
quedm·ás
limpio~
Á
cuántas gentes se hará esta
reconvencion
á.
la hora de la muerte?
iá
cuántas gentes
se las puede hacer durante la vida? Cuando Dios hubiera
pedido á todos los fieles que se hubieran sepultado en ·los
desiertos: cuando á todos les hubiera pedido que practi–
caran la mas austera mortificacion, la mas severa peni–
tencia para salvarse: cuando la salvacion hubiera debido
ser el fruto de un ayuno contínuo: cuando para evitar el
infierno hubiera sido preciso dar la vida entre los mas
horribles suplicios;
y
cuando no hubiera habido ótros que
los márt ires que hubiesen podido entrar en el cielo, ó
cuando solos los mas austeros penitentes hubiesen podido
evitar la eternidad
dc~venturada;
ihubiera habido que de–
liberar sobre
esto~
O fuegos eternos,
ó
un puñado de
días en los rigores de la penitencia;
ó
privarse durante
la vida de todos los gustos,
ó
ser privado por toda la
eternidad de las delicias del cielo.
i
Qué hombre hubiera'
dudado un momento sobre lo que debia elegir,
á
no ha·
her perdido enteramente el juicin?
Quan to magis, quia
nunc dixit tihi: lavare, et mundaveris?
¿,Pues cuánto mas
debemos obedecer
á
Dios, cuando para salvarnos no nos
pide sino que le amemos de todo nuestro corazon, qµe le
sirvamos y le agrademos? En buena fe,
i
qué cosa nos
pide el Señor que no sea muy suave, que no sea muy
fa–
cil
~
Pide que le amemos de todo corazon: i no merece
nuestro amor? ¿hay algun trabajo en amar á un Dios in–
finitamente amable,
y
que nos ama in fi nitamente? Pide .
que guardemos sus mandamientos:
i
hay uno solo que no
nos sea útil
y
provechoso? ¿,hubo jamás yugo mas suave
que el suyo, ni carga mas ligera , que la que nos impone
Jesucristo? El mismo Señor nos lo asegura. Comparemos
lo que pide Dios
á
us fieles siervos,' con lo que el mundo,
e$te amo quimérico, pretende de sus esclavos. Compare-