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..

DE CUARESMA. ·

129

sona•.

Les,hab16

con tanta gracia, dulzura

y

eficacia, que

todos estaban como fuera de sí; y confesando que nadie

Babia hablado jamás como él, se decían los únos

á

los ótros:

iNo

es éste el hijo de

Jo~é~

Pero todavía

~e

pasmaron mu–

cho mas, cuando tomando ocasion de ,lo que acababa de

_decirles, comenzó á descende1' á una

enumera~ion d~

co–

sas que les desagradaban,

á

reprenderles sus vicios,

y

á.

-exhortarlos

á

la práctica de ciertas virtudes que les eran co·

mo descon9cidas: Sin duda me diréis, añadió , lo de aquel

proverbio:

Médico't rúrate

á

t~

mismo.

~o

te dexes morir

que das .}a salud

á

los ótrQs. Hemos oido !)ablar de las

grandes mara_villas que has hech,o en Cafarnaum: iPºr qué–

no haces aquí otras

semejantes~

iPOr ventura pesan mas en

tu estimacion los extrangeros que los de tu

país~

i

mas Ca–

farnaum que Nazaret, que ·debes mirar: como patria

tuya~

Nadie se filabia atrevido

á

hacer estas reconvenciones al Sal–

vador; pero este S§!ñor, que penetraba hasta el fondo de los

.corazones, los previno, hacién_cioles ver que conocia per–

fectamente sus mas profuados sentimientos

y

sus mas se–

cretos pensamientos. Hubiera hec_ho en Nazaret tan gran–

des milagros, como los que babia hecho en Cafarnaum, si

hubiera encontrado en sus moradores las- mismas disposi-

.ciones.

y

la mismq. docilidad que en esta ciudad extrangera:.

Non

f'~cit

ibi virtutes multas,

dice san Mateo,

propter

fo .

credulitatem eorum.

Hizo allí pocos milagros por motivo de

su incredulidad. Como los moradores de Nazaret lo habian

visto entre éllos desde su niñez, no lo miraban sino como

á

hijo de un pobre artesano, y no daban crédito á sus pa–

labras, ni tenían fe en sus milagros. A este modo sucede

muchas veces que los sacerdotes, las personas religiosas,

las gentes de iglesia, acostumbradas

á

los mas san tos y mas

tremendos misterios, y

á

las verdades mas terribles de la

religion, se sienten menos movidas, tienen menos devocion

y

menos

fe

que los seglares: siempre se ha observado que

el Señor hace i:neno_s ;nilagros en favor de aquellos que es–

tan faltos de d1spos1c10nes.

A

este proverbio :

Medico

"

czírate

á

ti mismo

;

en el

cual ,Pensaban todos los de la junta, r.espondió Jesus

cc;m

otro, que era comun entre el pueblo. Un profeta, les

d1xo, solo está sin estimacio!"! en su pais

y

en su casa.

Vuestras hist9rias, añadió el Salvador, os suministran

Tom. JI.

I