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SÁB.ADO
~EGU~OO
los mejores zapatos. ¡Buen Dios, qué misteriosa es esta
enumeracion de buestras bondades! ¡de cuá nto consuelo!
¡cuántas cosas nos dices! iDespues de es to puede el de–
monio servirse del número y de la enormidad de nues–
tros pecados, ni.aun de la severidad de la justicia de Dios
:para precipitarnos en la desespe racion
y
extinguir nues–
tra
confianza~
La liberalidad suced.e á la ternura. El Pró–
digo se ve restablecido en todos sus de rechos desde el
mismo instante que se porta como debe: se le viste tan
ostentosamente, co'mo si no hubiera disipado su legítima.
Si el hijo sale apriesa de sus desórdenes y de su rebelion,
todavía es. mas diligente el padre en admitirlo á su amis–
tad. No se contenta con admitirlo en su casa, sino que
quiere manifestar su gozo con un fe stín. Traed,
dice
á
sus criados, el becerro mas grue_so: comamos y alegré–
monos, porque este hijo que había muerto, ha resucitado:
porque este hijo que se había- perdido, ha sido hallado.
¡Qué ve.ntajosas, Señor, y de cuánto consuelo me son
estas figuras! Vos ha.beis querido pintarnos en éllas
á
vos
mismo, y daros
á
conocer por estos rasgos de bondad,
que os son tan propios, y que hacen vuestro carácter.
Vuestras caricias, vuestras liberalidades en favor de un
pecador convertido van tan lejos, que dan zelos, por
de–
cirlo así , á los mismos justos.
Estando todos
á
la mesa, en que se servia una ·comi–
da
espléndida:, acompañada de una gran música, el hijo
mayor, que venia del campo, oyó la
~rmonía
de los
ins–
trumentos, y se informó del motivo de esta fiesta; y
ha–
biéndoselo dicho, se entristeció,
y
se mostró quejoso con
su
padre. Pero éste, igualmente padre del úno que del
ótro, despues de haberle dicho al primero el aprecio que·
hacia
d e
él, tomó por su cuenta la defensa del segundo:
Epulari,
le dixo,
et gaudere oportebat:
i_podia menos de
regalar á tu hermano en las circunstancias
pr~stmt~s?.
i,NO
debia mo t rarle
el
gozo que , me
ha
~a
usado su
ueka3
i
Pero á qué fin, dices, hacer una fiesta por un
ugetd
tan
indigno~
Se conoce que hablas como extraño, y que no
piensas que yo soy su padre, y que éI es· mi hijo:
l//lor–
tus erat, et revixit: perierat, et ÍT)Ventus
es~:
estaba
perdido para mí, ya no lo contaba yo en el n\lmero
cle
lps mios.,
y
vuelvo á verá este hijo por qµjeq ...habia
de ~