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DE CUARESMA.
es
á
saber, dicen los padres, la libertad de vivir al arbitrio
de sus pasiones. La hbertad porque suspiran 1os jóvenes
1'10
es propiamente otra cosa que el libertinage. Aunque el pa–
dre se condolió al ver el mal partido que to'maba su
hi~
jo, no obstante tuvo la condescendencia dé concederle lo
que le pedia. Dios nunca dexa de hacer sentir al peca–
dor por sus secretas inspiraciones la desventura en que
va
á
precipitarse cuando· se aleja, apartándose
de
la casa
de sus padres; pero no quiere violentar nuestta libertad.
Este joven libertino dexa
á
su padre sin haber recibido
de él ningun disgusto;
y
apenas ha salido de su casa, se
va muy lejos á una tierra extraña. Cuando se ha vivido
algun tiempo en la inocencia, y se
de~a
á Dios, jamá nos
apartamos de él á medias.
ln regionem (.onginquam.
Se apar- .
ta el alma lo mas que puede de los bJos de este buen pa·
dre,
y
un joven libertino evita con cuidado todo lo
que
podria hacerle acordar de él. Se desconoce el uS'o de l'os
sacramentos, se destierran los exercicios de piedad,
el
trato con personas virtuosas se hace odioso
y
pesado.
Et ibi dissipavit substantia-m suarn .vivendo luxuriose.
No
bien se ha agavilla o con o_trns libertinos' ce>mo él , cuaa–
do soltanGlo la rienda á sus pasione , no tarda mucho en_
disipar todo
el
caudal
que
l'e queda : pierde todos los
fru–
tos de la mejor educacion, todas las loables inclinac iones.
del mas bello natu ral': pierde h asta la memor ia de los
deberes mas ordinarios de la religiorr ,
y
se abandona á
los mayores excesos ,
y
á la mas_
espa n~osa
relaxacion.
Pero el li bertinage no
dá
para comer mucho tiempo.. Des.:
pues que el hijo Pródi go hubo gastado todo
su
caudal,
sobrevino
una
grande hambre en aquel país:-
Facta est
fames
valida .
que lo reduxo· á la mas horrible miseria.
J amás hubiera conocido el Pródigo la necesidad si hu –
biera per everado en la ca a de su padre.
El
pecador
<le~
xa á
Di
_
para ser- feliz; pero no
hay
e tado, no hay
condicio mas infeliz que la suya : tiene mas molestias
que
s.uf;:ír, m
digu stos que devorar en un di a, que se pade–
cen en
,el
servicio de Dio
en
muchos años. Engañado
e l Pr 'Jigo por
el
mundo, abandonado de todos los com–
p
ñ
r s
e sus
de
órdene , que no on amigos sino de
la
bol
e loe; j ' v
ne5
loe
, y no s bºendo ya qué hacer–
se, se puso á servirá uno de los habitantes del pai , que