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LUNES
SEGUNDO
libertinos estúpidqs, de esos gran¡;les qef mundo tan po–
co cristianos, de -esas mugeres sin :religion, de esos pe–
cadores que dilatan para la
mu~rte
su penitencia
y
su
conversion. Morir en d·esgracia dei rey, en el polv.o, en
el abandono; morir _en _la tris
tez~,
en la infamia, en los
1
dolores, mal grande es, no tie1\e dudg; pero no es sin
remedio,
.qi
sin consuelo, si el
p~cado
y la
muerte i'ñ~
se
hallan unidos junf:ameñt:é; pero la
1
·rriuefte en pecado;
la
muerte junta
CC>Íil
el pecádo • la mtierte por" el rpecado,
como sucede no pocas veces; imagináos , buscad uil desJ.
consuelo, una
sué~t~,
una ·
infelicid.ad'
JI\ªS
éspantosa.
z
Y
se
teme' el dic(de
110y,
dulce Jesus
' IlJiib,
y
sé teme mu.l
cho esta espantosá' infelieidad?
PUNTO SEGUNDO.
Considera.
coin~ ~n'
el •momehto .que se muere en peca–
do, todo el mal ql'l'e se hizo viene á ser eterno én sus su–
plicios y en 'su maliCia; y todb el bien que se babia he–
cho, queda perdido y olvidado para siempre.
Acciones de honradez, servicios hechos
á
ótros, li–
beralidades derramadas·, actos de religion; porque en fin,
no son los ateístas con quienes hablo: ayunos, oracio–
nes' buenas
obr~s,
no bleza, fama, talentos, gloria, mé–
rito, todo muere, todo se aniquila para el pecador que
muere impenitente. El tesoro de las misericordias queda
cerrado para él, el manantial seco. Jesucristo se olvida,
por decirlo así, de la calidad, del ·nombre de padn; , de
salvador, de rey, para revestirse
eternamen.tede la seve–
ridad ,de juez, de Dios enojado, de·Dios airado:
z
y quién
puede hacer frente, Señor,
á
vuestra indignae.fon irrita–
da,
á
vuestra venganza infinita?
z
quién puede? Un nú–
mero prodigioso de pecadores, que viven en pecado,
y
mueren impenitentes. Yo mismo, que hago ahora todas
estas terribles reflexíones ,'
si
soy tan desventurado que
muero en pecado.
i
Y como es posible no morir en pecado cuando se
dilata la penitencia hasta
la
·muerte? Cuando se vive en
pecado, raras veces dexa de ser la muerte semejante
á
la vida. El pecador espira; pero no el pecado.
i
Cuán–
.tas gentes, Dios mio trabajan en su reprobacion? La