Table of Contents Table of Contents
Previous Page  35 / 356 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 35 / 356 Next Page
Page Background

DE CUARESMA.

cia la una

y

la otra, lleno de confianza en los mereci–

mientos de Jesucristo,

y

en la proteccion de la santísima

Vírgen, espero que me preservaréis de la desgracia de

morir impenitente.

No basta orar, es menester obrar.

i

Tienes que dispo–

nerte para una confesion extraordinaria? Anda este mis–

mo día á manifestar tu necesidad

y

tu resolucion al con–

fesor que hubieres escogido. Empieza al instante tu refor–

ma, cercenando cierta superfluidad de adornos, cierto re–

finamiento de delicadeza. Empieza por quemar ciertos

libros, por quitar de tus salas ciertas pincuras, por vol–

ver

á

tomar ciertos ayres de modestia, ciertas prácticas

piadosas, cierta regularidad de que te habías dispensado.

Haz en este dia alguna penitencia

ó

mortificacion corpo–

ral. Haz alguna obra de misericord'.a,

ó

da alguna limos–

!!ª·

Los pobres de la cárcel están harto abandonados, y

fuera de estado· de venir á hacerte presentes sus necesida·

des

y

miserias. Lo mismo se puede decir de ciertas fami–

lias vergonzantes, cuyas miserias duelen tanto mas, cuan–

to son mas mudas. Estos principios de conversion

y

de

reforma son como

l~s

arras de una perseverancia cristia–

na,

y

te reservarán de que mueras en pecado. Cuando

oigas hablar de algun accidente funesto,

ó

de la muerte

de alguna persc.:ma conocida, procura decirte á ti mis–

mo, que en esta vida no hay desgracia alguna sin alivio

y

sin remedio; solo es irremediable la muerte en pecado.

MARTES

SEGUNDO

DE CUARESMA.

La Iglesia empieza la misa de este dia por este versí–

culo del salmo

26.

Tibi dixit cor meum, qui:esivi vultum

tuum, vultum tuum, Domine, requirmn: ne avertas faciem

tuam

d

me.

Mi corazon

os

ha expuesto muchas veces sus

penas,

y

por mas mudo que parezca, vos Señor, no de–

xais de oirlo,

y

de conocer cuáles son sus intentos

y

sus

deseos. Yo, Señor, suspiro por una sola mirada vuestra:

·dignáos mirarme con ojos benignos: el mayor mal que pue·