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D~
CJJA
RESMA.
195
" intitulado ) on Números,;
porque1los tres pr imeros capí–
" tulos contienen la numeracion del pueblo.
y
de lqs le-
"vitas.
,
RE F L E X 1O N E S.
Porque no me habeis creÚo,
j/r
porqu~
no rne habeis
san~i
ficado delante de los
1
hijos de l s.r.ael, no intt oduciréis este
pueblo en el país que yo les daré.
¿Qué delito han come–
tido Moyses y Aaron para ser cas tigados tan severamente.
Dios babia dicho á Moyses: Habla
á
la piedra, y te dará
agua. Moyses creyó que bastaba herirla con la vara que
había obrado tantos prodigio.$ en su mano, y que esta ma–
nera de sacar agua de una piedra, era mas conyeniente que
hablarla; pero Dios no nece_sita de · nuestros raciocinios;
quiere una obediencia sencilla y ciega: no consulta cuan–
do quiere hacer un milagro, ni la proporcion ni conve–
niencia: su voluntad omnipotente no tiene necesidad de
ayud (l. Dixo: Hágase la luz,
y.
fue . hecha la luz: la pura
nada~ har
sido el solo fondo de donde ha sacado todas las
cosas ;
y
tan poco le cuesta sacar agua de una roca dicien–
do una palabra, como hiriéndola con un ca
y
ado. ¡Pe ro que
caro le costó á Moy ses esta ligera desobed iencia! Un con–
fidente de Dios, t an distinguido, tan.estimado, á quien D ios
habia dotado del dori de milagros, _y de mil agros ta n es tu–
vend9s, con quien Dios hablaba tan familiarmente, á quien
Dios bab ia escogido para legislador de su pueblo, de qui en
Dios se b abia servido para sacará este pueblo de la servi–
dumbre de Egipto, y .para oonducirlo
á
aquella tierra deli·
ciosa que le había prometido: este hombre extrao rdinar io,
este gran siervo de Dios, este hacedo r de milagros no intro–
d ucirá este pueblo en la t ierra de promision, ni entrará él
mismo en castigo de su ligera desobediencia. ¡Buen Dios,
y cuántas faltas ligeras son seguidas de grandes desgraci as!
!'iaul contra
el
órden de Dios reserva a lgunas ovejas pa ra
ofrecerlas en sacrificio; y es .desechado del Señor,
y
pier–
de el cetro
y
Iá
corona. Unaligera complacencia de1 re y
Ezequías en hacer ver sus tesoros á unos extrangeros , se
los hace perder. Si en lugar de las tres veces que hirió la
tierra.con su flecha el rey Joás, la hubiera herido c inco
ó
seis , hubiera exterminado enteramente la Siria. ¡De qué
castigo son seguidas estas omisiones y estas faltas, al pa -
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