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I
14
DOMINGO TERCERO
La epístola e.r del cap.
) •
de la carta de .ran Pablo
á
lo.r de
Éfe.ro.Fratre.r
:
Estate imitatore.r Dei
sicut filii charissimi: et _ambu–
la/e in diiectione, sicut et Chris–
tus dilexit nos, et tradidit seme–
tipsum pro nobis oblationem et
host iam Deo i n odorem suavitat is.
Fornicazio autem, et omnis in–
mundi ia, aut avarit ia nec nomi–
netur in vobis , sicut decet sanc–
tos
:
aut turp itudo, aut stul1ilo–
'luium , aut scurrilitas, quce ad
rern non p ertinet
:
sed magis
grn–
tiarum actio. Hoc enim scitote
intellig entes: quod omnis forn i–
cátor, aut immundus, aut ava –
rus, quod est idolorum serv il us,
non habet hcereditatem in regno
Christi, et Dei. N emo vor sedu–
cat inanibus verbis: propt er hcec·
enim venit ira D ei in filias
dif–
fidentice. Nolite ergo effici parti–
cipes eorum; eratis enim al1quan–
do tenebne;
neme
autem lux in
Domino. Ut filii lucis ambulate:
fructus enim lucis est in omni bo–
nitate
1
et ju.riitia
1
et
veritate.
Hermanos : Sed
imitadores de
Dios, como hijos muy amados: y
caminad en carid ad, así como Cris–
to nos amó, y se di ó
á
sí mismo
por nosotros oblacion y hostia á
Dios en olor de suavidad. Y ni
aun se nombre entre vosotros la
fornicacion, ni ningun género de
deshonestidad, ni la avaricia, co–
mo convieneá los santos: ni la obs–
cenidad, ni las palabras necias, ni
las bufonadas que no vienen al caso,
sino ántes b ien la accion de gracias.
Porque sabed y entended esto: qne
ningun fornicario, ni deshonesto,
ni avariento, que es lo mismo que
idólatra, no tiene herencia en el
reyno de Cristo y de Dios. Nadie
os engañe con vanas palabras, por–
que por semejantes cosas vino la ira
de Dios sobre los hijos de la des–
confianza.Noquerais, pues, entrar
ála parte con éllos; porque en al–
gun tiempo érais tinieblas ; pero
ahora sois luz en el Señor. Cami–
nad como hijos de luz; porque el
fruto de la luz consiste en todo
género de bondad,
y
en la justi–
cia,
y
en la verdad.
NO T
.d.
~'La
ciudad de Efeso , metr6poli del Ásia menor,
"era muy
dada
á
la idolatría,
y
sobre
todo, al culto de
"Diana. Reynaba
en
él}a el vicio de la impu reza: tam–
·,, bien
eran muy dados los éfesos
á
la
mágia;
tanto,
que
"san Pablo
hizo
quemar en un dia
el
importe
d
óncuen–
" ta mil dineros
de
libros mágicos. La primera vez que
,,el santo Apóstol fué
á
esta ciudad
á
predicar el evan–
"gelio fue
hácia
el
año 54
de Jesucristo.''