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DE CUARESMA.

rrs

R E F L

E X

l O

N E S.

No se oiga entre vosotr os ni aun el nombre de fornica–

cion,

ú

de cualquiera otra deshonestidad, ni cosa que pue–

da ofender

el

pudor, como tampoco palabras que no vienen

al caso, ni bufo-n.1das, &·c.

¡Qué leccion tan importante, qué necesaria; pero qué

mal observada el dia de hoy

!

Ninguna cosa prueba me–

jor la espantosa corrupcion de nuestro siglo, que la li–

cencia desenfrenada que se tiene ·de hablar de todo lo que

ofende el pudor: no hay edad, no hay sexo que no en–

sucie su lengua con lo que mancha la imaginacion y tiz–

na el corazon. Aquel pudor que l1asta aquí nacía con los

cristianos , parece estar desterrado del mundo el día de

hoy : las personas jóvenes que parecla lo heredaban con

la sangre, ya no lo conocen. Con tal que los términos

no sean groseros, ya no se avergüenzan del mal

sentido~

ni de las sucias imágenes que producen. El ingenio bri–

lla con la agudeza que se imagina haber en semejantes

expresiones: se ríen de éllas , y hay tan poca cristian–

dad

y

tanto descaro, que todo lo que hace reir se juzga

digno de aplauso. ¿Qué se ha hecho aquella vergüenza

sabia y honesta que parece tan bien en la gente jóven?

¿aquella modestia cristiana que servia de adorno

á

la vir–

tud? ¿aquella delicadeza de conciencia que hacia el elo–

gio del cristianismo?

.Quomodo obscur.atum est aurum, mu–

tatus est color optimus

(

Jerem.

4.)? Las palabras anun–

cian la licencia de las costumbres. Cu and o la corruo–

cion ha ganado el corazon , bien pronto se muda de

lenguage:

Loquela tua manifestum te fecit

:

tu lengua–

ge dice quién eres. El , alma hace aquí su retrato. El di–

simulo reyna en el mundo; pero el libertinage de co–

razon ·se disimula poco en las concurrencias munda–

nas. El Apóstol pone las conversaciones impertinentes

y

chocarreras en la clase de lo que ofenden Jos oidos

castos ; y así no son menos perniciosas , especialmente

cuando ofenden

y

hieren la religion. Se ha ce chanza ·ne–

ciamente , se hace burla escandalosamente de lo mas

santg y mas respetable que hay en el mundo . Un

jó–

ven libertino cree hacer ostentacion de ingenio si murmu-

H

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