95 / 396
Y LA EPIFANÍA.
8r
retener
á
una alma en la relaxacion,
y
aun para fomen–
tar el libertinage, que el pensamiento herético de que Dios
no tiene sincera voluntad de salvará todos los hombres. y
de que Jesucristo no ha muerto por todos: tampoco hay.
cosa de mayor consuelo, ni mas á propósito para conver–
ti.r al pecador,
y
para fomentar nuestra confianza, que te–
ner por una verdad de fe el que Dios quiere verdadera–
mente que yo me salve, y que Jesucristo murió por mí
como murió .por san Pedro; y que si yo me condeno, mi
condenacion será obra mia, y si yo soy reprobado, será.
porque no he querido ser santo. Convéncete bien de esta
verdad tan importante, medí tala á menudo,
y
aunque
tu
vida haya sido la mas criminal, la m
as relaxadadel mun–
do,
dit~
á
ti mismo: yo tengo en los tesoros.de los mere–
cimientos infi i¡,s de mi señor Jesucristo con qué satisfa–
cer
á
la JUStlcia de Dios; no necesito sino querer satisfa–
cer. ¿Qué deudor dexaria de pagar sus deudas, si el rey
le abriera sus tesoros? Déxate penetrar bien de esta gran
verdad; pero guárdate de abusar de- élla,
contan~n
esta voluntad misericordiosa de Dios para perseverar en
el pecado; esto sería querer condenarte mas maliciosa–
mente y con mayor malignidad.
2
Da gracias
á
Dios muchas veces al día por la volun–
tad sincera que tiene de tu sal vacion; por los grandes gastos
que ha hecho,
y
por las gracias todopoderosas que te da
cada dia para que no te pierdas. Es una insigne ingratitud,
es un gran defecto no dar gracias á Dios muy
á
~enudo
por el beneficio de nuestra redencion; sobre todo, duran–
te la misa has de agradecer
á
Dios este favor, y particu–
larmente cuando el sacerdote dice el
Credo;
pues al de–
cir esta fórmula de fe se nos trae á la memoria que Je –
sucristo murió en la cruz por cada uno de nosotros:
Cru
-
cifixus etiam pro nobis.
Pero no te contentes con agrade–
.cer un beneficio tan señalado; pasa á protestarle que quie–
res eficazmente aprovecharte de él; y para esto propon
siempre que harás
ó
padecerás tal cosa, como en señal
ó
prenda de la sinceridad de tu protestacion
y
voluntad:
por exemplo, propon hablará aquella persona con quien
has tenido tal diferencia,
ó
á
quien miras con algo de
ti- ,
bieza,
ú
de quien has recibido algun agravio: no frecuen–
tar cierta coaversacion
ó
trato, donde no aciertas
á
asistir
Tom. l.
.
F