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',

Y LA EPIFANÍA.

77

bu Aser

:

hcec proce sserat

in

diebu r multir' et vixerat cum

viro suo annis reptem· d virgi–

nitate rna. Et hiec vidua urque

ad annor octoginta quat uor:qwe

tion dircedebat de templo, jeju–

niis et obsecrationibus servienr

noctc ac die. Et hcec , ipra hora

supervenien.r,

confite~atur

Do–

mino et loquebatur de illo om–

nibiu, qui expectabant redemp-.

tionem lrraet. Et ut perfece–

rnnt omnia recundum legem Do–

mini, re-Óer

ri

,sunt in Galilceam

in civitatem suam Nazareth.

Puer aut-em crercebat, et con–

fortabatu r

plenus~pientia,

et

gratia Dei erat in illo.

do

á

una edad abanzada, y habia

vivido siete años con su marido

con quien se casó vírge n.

Y

per–

manecia viuda hasta

los ochenta

y

cuatro años:

y

no se apartaba

del templo, si rviendo de dia

y

de

noche

on ayunos

y

oraciones.

Y

ésta ,

llegando en aquella misma

hora, daba gracias al Señor ,

y

hablaba de él

á

todos aquellos

que esperaban Ja redencion de

Is–

rael.

Y

luego que cumplieron todo

lo que mandaba Ja ley del

~eñor,

se volvieron

á

Galilea, á su

iu–

dad de Nazaret.

Y

el muchacho

ere ia y

se confortaba

lleno de

sabiduría,

y

la gracia de Dios esta–

ba en él.

MEDITACION.

....

voluntad qzte

tiene

Dios de salvar

á

los hombres.

Sobre la

P

U N

T O P R

I

ME

R

O.

Considera que aunque Jesucristo nació, padeció

y

mu–

ríó por la salvacion de todos los hombres , no pcJr eso se

salvarán todos. Uno de los artículos de nuestra fe es que

el número de los escogidos , esto es, de los que se han de

aprovechar de la redencion es el mas pequeño,

y

que son

muchos mas los que se condenan. El Sal ndor ha hecho

todos los ga tos sobreabundantemente: él es, dice san Juan,

una víctima de propiciacion por nuestros pecados;

y

no

solo por los nuestros, ino tambien por los de todo el mun–

do. Pero no todos obedecen al evangelio, dice san Pablo;

y

hé aquí. por qué no todos se salvan. La voluntad del

Salvador es sincéra; pero nuestra malicia impide el que

sea eficaz.

i

Por ventura podia Dios darnos pruebas mas

claras

y

mas fuertes del deseo que tiene de nuestra salva–

cion? Su Magestad ha hecho por salvarnos mas de lo que

nos atreveríamos á esperar

y á

creer. Si hubiera dexado