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Y LA EPIFANfA.

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una heregía tan abominable, que enseñando que Dios no

tiene una voluntad sincéra de salvarnos ,

y

que Je ucristo

no ha muerto generalmente por todos los hombres, des–

truye con solo este error toda la religion, destierra el uso

de los sacramentos, apaga la fe

y

la caridad,

y

da por el

pie á toda nuestra esperanza;

y

haciendo cobrar aversion

á

las buenas obras ,

á

la penitencia ,

á

la práctica de las

virtudes , abre un gran campo al

libertin~ge.

PUNTO SEG UN DO.

ConJidera que es de mucho consuelo estar persuadidos

á

que Dios quiere salvará todos los hombres;

á

que es un

artículo de

f~

el que Jesucristo ha muerto por todos los

hombres, y ')je ha derramado su sangre para que todos

tengan vida,

y

la tengan con mas abundancia:

Ut vitam

habeant,

dice el Salvador, hablando de sus ovejas,

et abun–

dantius habeant

(

r.

Joan.

20. ).

Verdad consolatoria, pero

verdad triste,

y

aun capaz de hacer desesperar

á~dos

aquellos que tendrán la desgracia de

condenars~ios

quiere salvarme,

v

lo

quiere

sínceramente: me dió los me–

dios,

y

yo

me

pérdí por no haber querido aprovecharme '

de sus auxilios. Mi salvacion era el fruto de su muerte,

y

mi reprobaciones obra mia. Dios queria salvarme,

y

yo

me he condenado por no haber querido recibir el fruco de

su muerte. Comprende , si puedes, la amargura <le este pe–

sar.

i

Pero quién hay que no pueda

salvarse~

i

q ién hay

tan insensato que quiera

perderse~

i

quién no ha de querer

salvarse~

Aquellos que no quieren poner los medios con–

ducentes para ello. Se ha dado el precio por el rescate de

un esclavo; pero este esclavo apasionado por el clima del

país en

qu~

está,

ó

encantado por la desventurada licencia

que goza en materia de costumbres entre los infieles, re–

husa embarcarse para volver

á

su patria. Si este infeliz

muere en la esclavitud, si le entierran entre los mahome–

tanos,

i

á quién debe echar la

culpa~

i

no tuvo medios

para vol ver de su cautiverio,

y

salir de la triste condicion

de

esclavo~

Los que viven en desgracia de Dios,

y

mue–

ren esclavos del pecado, íson por ventura mas

excusables~

¿han tenido menos medios para volverá la amistad de Dios,

y

ser recibidos despues de su muerte en la patria celes-