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DESPUES DE CENIZA.
te te:
Cuando dais limosna, no hagais tocar la trompeta
delante de vosotros. Este es un modo de hablar que de–
nota que debemos evitar toda ostentacion en nuestras bue–
nas obras. Es tambien una alusion
á
lo que practicaban
los charlatanes para atraer al pueblo
á
sus espectáculos.
Por lo que
á
vosotros toca, coatinúa el Salvador, cuandi:l
deis limosna, hacer que vuestra caridad sea oculta, de
suerte, que no sepa vuestra mano sifliestra lo que hace
vuestra diestra: si solo se hace por Dios la buena obra, no
se debe cuidar de que los hombres la vean. Como solo
de Dios se espera la recompensa, no se desea tener otros
testigos. El justo se oculta á sí mismo sus 5uenas obras,
no reflexionando sobre éllas, olvidándolas ; 6 si alguna
vez piensa en éllas es solo para reprenderse lo poco que
hace por Dios,
l~
tibieza con que le sirve,
y
el poco amor
de Dios coh que anima sus acciones. Solo atiende á las im–
perfecciones de que juzga van acompañadas siempre sus
buenas obras. No está mandado, sobre todo á los ricos, el
ocultar siempre sus limosnas; sus limosnas pueden ser p
1-
blicas, si es público que poseen grandes rentas: es un
es–
cándalo verá un cristiano que vive 'en La opu 'encia,
y
no
saber si socorre á sus hermanos pobres
y
necesitados; pe–
ro en esta caridad pública la intencion debe ser pura: co–
mo no se espera la recompensa sino de Dios, solo
á
Dios
se debe mirar,
y
no se debe obrar sino por Dios.
Et Pa –
ter tuus, qui videt in abscondito, reddet tibi.
No
ha
y
vi–
cio mas odioso -, mas despreciable, ni mas despr
·
que
la vanagloria. En el caso que todos los homb:.¡;
u it:sen
admirado la buena obra que hicieres,
i
qué
u~i"
idad te re–
sultaría de éllo
~
En algunas iglesias se celebra el día de hoy
la
ñesta
de las cinco llagas de nuestro Señor Jesucristo. Ha mucho
tiempo que es la titular en la iglesia de san Roque de Pa–
rís, que es una de las parroquias de la ciudad. Habiendo
querido el Salvador conservar d.espues de su triunfante
Resurreccion
y
de su Ascension gloriosa esas llagas resplan–
decientes, muestras
é
insignias de consuelo, prendas pre–
ciosas, monumentos eternos de la bondad incompren–
sible del Redentor para con los hombres,¿ que cosa mas
puesta en razon que honrar con una fiesta particular es–
tas señales permanentes
é
imborrables de nuestra sal va..
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