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DESPUES DE CENIZA.
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de mirar Dios con complacencia una ofrenda hecha por
una mano enemiga? El supremo Pastor se toma poca pena
de.loque padecen las ovejas que no son de su rebaño;
el
padr_e de familias se cu'id.a poco ,ele los que no. son·
P.e
su
fa–
milia. Quien tiene la desgracia de vivir
y
morir füera del
seno de la Iglesia, no tiene derec;ho alguno á los méritos
1
á
las
recol}'lpen~a_s
d.e Jesucristo.
Pa~a
que el ayuno
y
la!$!
· penitencias sean meritQrias no basta estar en el seno de
la Iglesia; es necesario, .á mas de esto, estar en gracia del
Salvador..Iµútilmente se mortifica el cuerpo. .si el espíri–
tu se apacienta y está lleno de orgullo; si el co.razon no
se compadece de las miserias de sus hermanos. En van<11
es duro consigo mismo el que es duro con los ótros.
Num–
quid ta/e est jejunium quod elegi
,
per diem affligere homi-
_nem ct;nimam suat.f
~ ~l
.fin de
m~
·precei:to, dice
~l
Señor,
no es solo que os afllja1s con
e~ta
austendad.
i
Por ventura
·al mandaros que ayunáseis, no pretendí yo otra cosa que
extenuar vuestro cuerpo con
el
ayuno~
Numquid istud vo–
cabis jejunium, et diem acceptabilem
Domino~
Lo
que; yo
pretendí al mandaros mortificar vuestra carne por la peni–
tencia, fue que hioiéseis ayunar, por decirlo así,
á
vues–
tras pasiones: que afligiendo vuéstra alma con esos inocen–
·tes rigores, miráseis con entrañas de compasion
á
esos her-
manos vuestros que vivían en la miseria; quise que arre–
pentidos de haberme .ofendido, no omitiéseis cosa alguna
para agradarme.
Norine
~9C
est magis je}imium, quod elegi?
/)issolve colligationes i"[nfietati.r_¡
i
Por ·ventu ,.
yuno
de
qu~ yo · gu~to,
no es
, ari~e~
éste: que
romf
·-
os lazo$
de la impiedad, que vivais en la inoceQciá
,,:
ue os exer–
citeis en óbras de caridad, que cumplais co fervor
y
con
puntualidad con todas vuestras obligaciones, que seais cris–
tianos
y
rellgios0s eo t0da vuestra conducta:? ¡Buen
Dios,
qué pesar , qué desesperacion la de esas personas consa–
gradas al servicio de Dios, que hacen profesion de tener
una vida penitente
y
austéra, si por no haber domado sus
pasioaes, si por falta de devocion, si por haber seguido stis
inclinaciones, por haberse abandonado á los errores del
entendimiento y
á
la
corrµP,~ion
del corazon, por no há–
ber tenido bastante delicadeza de conciencia, por no ha
ber guardado sus v...otos llegan á ser reprobadas!
Q
4