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!238

VIERNES

aquellos que se pueden llamar el juguete de la ilusion

y

del error,

y

las tristes víctimas de la pasion dominante.

No hay heregía, que no haya afectado severidad en su

moral,

y

que no haya ostentado un ayre de penitencia

en su pretendida reforma. El cisma

y

la heregía gritan

siempre de concierto contra la relaxacion. Los protestan–

tes ayunan alguna vez: los griegos cismáticos ayunan aun

en nuestros dias rigurosamente muchas Cuaresmas: no hay

uno entre ellos' que muriendo en el cisma' ó en el error'

no exclame con una voz lamentable:

Q,uare jejunavimus,.

et non aspexistH

i

Eran necesarios tantos gastos para per–

derme~

i

era necesario ayunar tanto para no tener otra

recompensa que el

infierno~

Hemos ayunado:

jejunavimus.

i

Por qué , Señor, no os habeis dignado mirar nuestra pe–

nitencia~

Ecce in die jejunii vestrt

inveni~~~r

voluntas ves–

tra;

porque no érais de mi rebaño; porque estábais fuera

de mi casa; porque vivísteis y estuvísteis muertos,

y

cor–

tados, separados de mi Iglesia. ¡Cuántos malos católicos

ter\\lrán igual suerte

á

ésta!

jejunavimus:

Observamos con

mul:ha regularidad este ayuno solemne, humillamos religio·

samente nuestras almas b:ixo de la ceniza:

humitiavimus

animas nostras.

Aunque nuestra salud era delicada, aunque

teníamos aversion at pecado, vos sabeis que no quisimos

dispensarnos de la abstinencia de la Cuaresma, que obede·

cimas

á

la Iglesia, que observamos religiosamente sus pre–

ceptos

v;

sus ayunos; y no obstante esto, no haceis aprecio

de es

r,'- ...

,;.~encia,

ni nos es de algun mérito para con vos.

In medio je¡

d vestri invenitur votuntas vestra.

Siervos in–

fieles, dice eI

4

Señor, es verdad que ayunásteis; pero al ayu–

nar

i

os abstuvisteis de vuestras iniquidades, de vuestras

impurezas, de vuestros

vicios~

Cuando ayunábais

i

resti–

tuísteis aquella hacienda mal habida, apagásteis aquel fue–

go de la concupiscencia, en que os abrasábais; ahogásteis

aquel espíritu de venganza y de litigio, aquel espíritu de

amargura,

y

de malignidad para con vuestros

hermanos~

Ecce ad lites, et contentiones jejunatis.

Cuando ayuná–

bais

i

rompísteis aquel trato criminal, aquellos lazos (an

funestos

á

la

inocencia~

i_Comenzásteis vuestro ayuno pa–

gando

á

aquellos jornaleros, á aquellos domésticos,

á

aquellos mercaderes,

á

q~i~~es

vuestra tardanza en

pag~r

ocasionó un notable perJu1c10

~

En fin, cuando os hum1-