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170

DOMINGO

que habla de

1o

que le es ventajoso. Previene con una hu–

milde

y

sabia preocupacion lo que podria desagradar por

el testimonio ventajoso que está obligado á dar de sí mis–

mo.

Bien.sé"

, dice, que no es de cuerdos el alabarse; pe–

ro tambien sé que sois bastante caritativos,

y

que sopor–

tareis un poco mi necedad; porque $iendo vosotros sabios,

sufris de buena gana

á

los que no lo son; quiere decirles,

que siendo sabios

y

moderados, no deben tener pena en

soportar sus flaquezas;

y

mas habiéndose acostumbrado

á

soportar los modos imperiosos' las altanerías' las vexa–

ciones de los que les han dado ocasion para que pusie–

ran su paciencia

á

pruebas mucho mas duras que aquellas,

á

que él la pondrá por las alabanzas que se dará

á

sí mis–

mo. Lo digo para

mi

confusion,

y

quizá tambien para

la

vuestra:

Secundum ignobilitatem dico,

qu

;

infirmi

fuerirnus

in

hac parte:

al paso que mostra _ .,,

k.i

deferen –

cia á esos impostores, nos mirais como á gente fe'ole

y

me–

nospredable, porque no os hemos tratado con tanta altane–

rí' r:omo éllos. El carácter de los hereges, de los falsos doc-–

to , ·ser imperiosos, altaneros, ha.blar como gentes ins–

pi · las, al mismo tiempo que la mansedumbre,lamoaestia,

, la

humildad son el carácter de los verdaderos apóstoles.

Como· estos falsos profetas se gloriaban de su naci–

miento, de su celo

y

de los trabajos que se lisonjeaban ha–

ber

pad ~

1

/.i.sio

por Jesucristo; san Pablo los confunde con

la des

i·.vcion

concisa de lo que ha hecho y sufrido en las

funda ;sde su ministerio. Vuestros pretendidos apóstoles

se g .

1

dl n, les dice, de ser judíos; yo tambien lo soy: éllos

se llaman hijos de -Abrahan; tambien yo: éllos se apelli–

aan ministros de . Jesucristo; yo lo soy'

y

mas que éllos;

pues he sufrido mas prisiones

y

mas trabajos, he sido azo–

tado cruelmente,

y

me he visto muchas veces

á

peligro

de anegarme en la mar. Cinco veces recibí de los ju–

díos treinta

y ·

nueve golpes de azote, tres veces he su–

fri do

baquetas; quiere decir: los judíos me han hecho azo–

tar cit1co veces;

y

como la ley les prohibía dar mas de

cuarenta azotes, par_a no ponerse en peligro de quebran–

tarla, jamas pasaban del número de treinta

y

nueve por

su delicadeza de conciencia. He sido baqueteado por los

romanos; porque éstos se servían mas ordinariamente de

varas, como los judíos de correas. El santo Apóstol pro·