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DE
SEPTUAGESIMA.
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celo por tu re1igion,
de
la obligacion de dar buen exem–
plo, acuérdate que nunca debes mostrarlo mas que en es–
te maldito tiempo. Prívate absolutamente de todas esas
diversiones profanas,
á
que tantos se entregan sin temor
de Dios estos días. Es una obra de piedad
muy
agrada–
ble
á
Dios
y
muy útil para ti vivir mas-retirado, mas de–
voto, mas mortificado en este tiempo que en cualquie-·
ra otro del ·año. No te contentes con no tomar esas diver–
siones del Carnaval; pasa
á
privarte de las mas lícitas en
estos días,
y
bien presto iXperimentarás cuánto agrada á
Dios este sacrificio. Aumenta durante el Carnaval tus
exercicios devotos; ten un poco mas de oracion, aunque
no sea mas que un cuarto de hora. Reza el oficio Parvo de
la Vírgen ·'
y
no dexes de visitar todos los días
á
Jesucris–
to sacra
Confiesa y comuiga mas á menudo de lo
regular.
2
No e contentes con tener una conducta del todo
contraria al espíritu del mundo, inspira los mi smos sen–
timientos
á
tus hijos,
y
á todos los que están baxo de..
u
conducta. Procura hacer que se retiren de todo lo
~
'
5!
llama diversiones del Carnaval, sobre todo de los ba
e-s
y espectáculos profanos. Las diversiones domésticas pue–
den permitirse con tal que sean cristianas. Es una santa
industria entretener con algunos pequeños regocijos
á
tus
hijos y demas súbditos. Pero lo que será de un
n mé–
rito para con Dios, es dar á los pobres lo que H"
~-
as
de
haber gastado en tan perniciosos placeres si hubi
se–
.guido el torrente de la muchedumbre. ¡Cuáil?,tas
fa;.
:as
honradas carecen de lo necesario mientras se gasta pró –
digamente en comilonas expléndidas, lo que sería bastan–
te para alimentar muchas de éllas
!
Usa tú de esta santa
industria.
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DOMINGO
DE
SEXAGÉSIMA.
E1
domingo de Sexagésima no tiene otro misterio en su
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