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'
DOMINGO
cristianismo, que lo que se llama diversiones de1
Carna–
val; no solo porque son unas reliquias que nos han que–
dado del paganismo, sino tambien porque nada es tan con–
trariio al espíritu de Jesucristo, á las máximas del evange–
lio,
á
la moral <;:ristiana
y
al exemplo de"todos los san–
tos. Ya sea que se considere el orígen
y
el fin de esta es–
candalosa licencia de costumbres; ya sea que se haga re–
flexion sobre los perniciosos efectos de estos desófdenes,
y
sobre sus consecuencias, nada se encontrará en esto
que no deba alterar
á
un espíritu medianamente cristia–
no, nada que no deba sobresaltar la conciencia. El mes
de enero era profanado por los paganos con regocijos im–
píos
y
con 'un libertinage de los mas disolutos en honra de
Baco, dios de la destemplan?ª
y
de la embriaguez. Ved
aquí el oríge,n de las fiestas
licencio~as
de Carnaval. No
pudiendo el demonio impedir la destru ..
~\·.
iel paganis–
mo, ha guesto
~u
estudio en hacer que se cons"rvasen las
abominables costumbres de los paganos. Los cristianos de
e
~ps
últimos tiempos, condenando
y
ab~rreciendo
la ido.-
1 .
: ~-,como
opuesrn
á
la razon natural, se han familia–
ú
''(do
poco á poco con sus costumbres, como que lison–
jean en gran manera los sentidos :· contentos con mirar
· con hor-ror el dogma extravagante de los paganos han
adoptado uha parte de su moral; yhe aquf el principio,de
esralialf,
1
;dade cos.tumbres,de esas cenas exquisitas
y
abun –
da·nte í·.le esos bayles, que son el oprobio
de
la religion:
de ..
·~/diversiones
del Carnaval, funesto orígen de la pér ·
· · ·
4
~
rahtas almas. Y despues,de esto se pregunta:
i
qué
mal hay en
pres~ntar-5e
en esos parages de bulla
.Y
de pla–
cer en las fiestas del
Carnav.al~¿No
era mas razon que se
pregumtara, si es posible asislir á las irreligiosas fiest as del
Carnaval sin irritar
á
Dios,
y
atraer su indignacion sobre
vosotros
y
sobre tod<! vuestra familia? ¡Qué monstruosa
contradicion entre vuestra creencia y vues tra conducta!
Creer todo lo que nuestra religion nos propone en órden
á aquellas.
v~rdades
que han hecho tan tos penitentes
y
már –
tires : en órden
á
aquellos peligros de perder la inocencia
en el mundo, los cuales
pan
pobla.dotantos claustros
y
de–
siertos: en órc!en
·á
ra
neéesidad indispensable de
morti~
fkarse
coµtínlp~_men~e,
de domar
s~1
carne, de hacer peni–
tencia
para ~S'áll\r'arse
:' en
fin·, en·ó.rden
á
•h'Ufrde las·ocasio-