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SEXTO DOMINGO
El eva~gelio es del cap. 13. de san Mateo.
In illo tempore : dixit J esus
turbis parabolam hanc: Simile
nt regnum crelorum grano si–
napfr, quod accipiens homo se–
minavit in agro suo: quod mí–
nimum quidem est ,omnibu.r se–
minibus: cum autem creverit,
maju.r est .omnibus oleribu.r, et
fit arbor, ita ut volucres creti
veniant, et habitent in rami.r
ejus. Aliam parabolam locutu.s
ei.r; Simile regnum cw–
lorunt fermento, quod ac eptum
mulier ab.rCtJndit in farinte .ra–
ti.r tribus, donec fermentatum
totum. Bree omnia locu-
··s. Jesus in paraboli.r ad
,,;o:z•~ et sine paraboli.r non
l quebatur ei.r : ut impteretur
quod dictum erat per Prophetam
dicentem: Aperiant in parabo–
Jis os meum, eructabo abscon–
Jita d constitutione mundi.
En aquel tiempo dixo Jesus á las
turbas 'esta parábola: El reyno de
los cielos es semejante á un grano
de mostaza, que tomándole un hom·
bre, le sembró en su tierra , el cual
dertamente es el mas pequeño de
todas las semillas : pero despues de
haber crecido, es mayor que todas
las legumbres , y se hace un 'árbol
de manera que las aves del ayre van
á habitar en sus ramas . Díxoles
·otra parábola: El reyno de los cie–
los es semeja .., 'J~ levadura , que
tomándola la fuge , la mezcla entre
tres medidas de harina, hasta que
toda esté fermentada. Todas estas
cosas habló Jesus á la$ turbas en
parábolas, y sin parábolas nada les
decía, para que se cumpliese lo que
estaba dicho por el Profeta: Abri–
ré mi boca en parábolas, y prod u–
ciré lo que está escondido desde la
·Creacion del mundo.
MEDITACION.
Sobre Ja consideracion de la muerte.
PUNTO PRIMERO.
Considera como nada es tan 'Capaz de apartarnos de los
bienes y placeres de esta vida , como la meditacion de la
muerte: se puede decir que el pensamiento de la muer–
te hace con corta diferencia el mismo efecto sobre el
corazon y sobre el espíritu , que la muerte misma. Él
le quita al mundo la máscara, y descubre todos los falsos
brillos ·que ·deslumbran; él hace que se advierca el vacío de
todo lo .que ·entretiene; hace sentir el veneno de todo lo que
encanta; hace probar la amargura de todo lo que se llama
placer. Entre los muchos y grandes frutos que se pueden