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q o
SEXTO DOMINGO
perfeccionan los cristianos,
y
llegan á la bienaventuranza.
que les está preparada. Ciertamente nada contribuyó
mas en los principios á los progresos del evangelio, que
la vida pura, irreprensible
y
edificante de los primeros
fieles. Asímismo nada contribuiria mas el dia de hoy
á
la conversion de los pecadores
y
de los hereges, que la
pureza de costumbres
y
la piedad de los cristianos de
nuestros días.
!psi enim de nobis annuntiant:
En todas
par–
tes no se habla de otra cosa, que de las maravillas que ha
hecho Dios entre vosotros po.r nuestro ministerio , prosi–
gue el Apóstol. Vuestra ruidosa conversion aut oriza ma–
ravillosamente nuestra doctrina. En ninguna parte se pu–
blica una mudanza' de costumbres tan visible,
y
una con–
version tan extraordina.ria;
y
así se infiere de todo lo que
se admira en vosotros, de esa inocencia
~-i~µias
ha
ido
á menos, de esa modestia tan exemplar, e · sa caridad
tan universal, de esa piedad, de esa hospitalidad , de esa
cordialidad tan benéfica que haceQ tanto honor al cristia–
nis o; de todo esto se infiere que una religion que hace
ta
:-
i
·<ligios, que es tan eficaz
y
tan santa, no puede
ser sino la sola verdadera religion. Concluyamos tambien
nosotros, que si todos los cristianos viviesen el dia de hoy
como cristi anos , dentro de poco tiempo habria muy po–
cos hereges é infieles.
El evangelio de la misa de este dia es una continua–
cion
d~ae
la misa del domingo antecedente: está tomado
del ca j ulo
r
3.
de san Mateo , en el que continuando el
Salivd ór en instruir al pueblo, todavía les propone dos
parábolas familiares, muy propias para hacer dóciles;
y
aun espirituales á los espíritus mas groseros.
Acababa el Salvador de comparar la Iglesia
á
un cam–
po fértil y cultivado, en que el enemigo de la salvacion
babia sembrado por la noche la cizaña entre el buen gra–
no. Tambien habia comparado su doctrina con la semilla
que no necesita de mas cultivo luego que se ha arrojado
y
envuelto en la tierra por el labrador,; la cual brilla, na·
ce y crece sin que
el
labrador sepa de qué modo se hace
esto,
y
sin que ponga en ello la mano. Esta Óltima pará–
bola era demasiado clara para que se detuviera en expli–
carla. Se conocía claramente que el buen grano significaba -
la
buena doctrina, que
recibida
en una
alma,
obra
efectos