Table of Contents Table of Contents
Previous Page  137 / 396 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 137 / 396 Next Page
Page Background

DESPUES DE LA EPIFANiA.

PRO POS !TOS.

1

Pues nuestras infidelidades en el s;r-vicio de Dios

son la causa ordinaria de nuestra poca confianza, haga–

mos cesar esta fuente envenenada por medio de un a exacta

y

constante fidelidad. No neguemos á Dios cosa alguna de

las que sabemos que quiere de nosotros

y

estemos cier–

tos de que cuando le pidamos algo, estarémos ·uenos de

una santa confianza de

conseg~lirlo.

Exámina á lo ménos

un cuarto de hora hoy, qué

es

lo que pide de ti el Señor

en el estado en que te ha puesto. No te será difi.cil averi–

guarlo.

i

Has abrazado el estaªº de religioso ? no bu sques

otras señales mas evidentes de la voluntad de Dios que tus

reglas: obsám.1s desde hoy sin reserva ni dispensa.

i

Es–

tás condecorado con la dignidad de sacerdote? cumple

hasta las menores obligaciones de este sublime estado,

y.

vive segun la santidad de él:

i

estás en el siglo? considera

cuáles son tus obligaciondes; no en general, com · uele

hacer, sino en particular

y

por menor. Obligaciones para

con

tu

familia, con tus hijos y domésticos; obligaciones de

cristiano, prácticas constantes de piedad, exercicios fre–

cuentes de religion, observancia indispensable de los man–

damientos del Señor

y

de las máximas del evangelio ;

y

haz propósito firme de no negar nada de hoy en adelante

al Señor.

2

Luego que adviertas que se entibia tu

confü~nza,

i1az

cuanto juzgues necesario· para avivarla, renovando

tu

fer–

vor , haciendo saludables reflexíones sobre los motivos

que tienes para fomentarla y aumentarla, haciendo fre–

cuentes oraciones jaculatorias

y

continuas súplicas á su

Magestad. Duélete verdaderamente de haber tenido tan

· poca confianza en Dios,

y

acúsate de ello en tus con–

fesiones como de una falta ; porque en realidad lo es.

En fin , hazte familiar la .oracion siguiente , hacién–

dola muchas ·veces

al

dia , y sobre todo á la mañana y

por la tarde, terminando tu

~radon

ordinaria de ' este

modo:

Velim quidquid vis: velim quia vis: velim quomodo vis:

velim quandiu vis.

Señor, haced que

yo no quiera

sino

lo

que·

vos

que-