DESPUES DE PENTECOSTES.
3r
nos despezado por las
pasiones~
iSll
espíritu está mas tran:
qu ilo~
Las inquietudes, tos temores, las pesadumbres, fas en·
fermedages
no
respetan
nia
los grandes nombres, ni
a
la
púr-.
pura,
ni
al trono;
y
si las aflicciones interiores no fueran
in–
visibles,
lo
que nos parece objeto de envidia, nos sería mú–
chas veces justo motivo de compasion. No pensemos,
en
qualquier estado que estemos , ponernos al abrigo de
las
aflicciones; pensemos sí cómo hacer que no sean prove–
chosas.
El
buen uso que h-iciéremos de ellas
para el cielo,
es el único secreto para hacer que nos sean
mén.osamar~
gas ; sobre todo, si miramos con atencion la
gloria, que de.."
be ser el fruto
y
la recompensa -del buen uso que se hace
de ellas. l\)o
hay
proporcion alguna entre las humillacio-
11e
,
las -penas , las adversidades , las cruces d
e esta vi–
a ,
y
aquelJa bienaventurada eternidad , aquella
coro.nade
gloria, ag_uella feli.cidad pura, llena, perfecta,
inaltera–
ble,
que está prometida
a
los que padecen con un corazon
y
un espíritu cristiano. Aquí las aflicciones no caen sobre
nosotros sino gota
a
gota ; pero por toda 'la eternidad es–
tarémos como sumergidos, digámoslo así, como anega–
dos en un torrente de delicias las mas puras. Aquí cada
dia abrevia la duracion de nuestras aflicciones; en el cie–
lo se gusta
a
cada momento toda
la
eternidad de una
fe–
licidad llena , que es y será
si~m
pre
de
un nuevo gusto,
sin que pueda jamas tener término. F'inalmente, aquí sua–
viza el Señor con Ja uncion de su gracia las mas duras pe–
nas: en el cielo tiene Dios particular gusto, digámoslo
así, de embriagarnos
a
cada momento con su propia fe–
licidad, segun la expresion del profeta.
E! evangelio es del
capitulo
s
de San Lúcat.
In
illo témpore: Cum
turba:
ir–
ruérent
in J esum
,
ut
audi–
rent
verbum
Dei
,
8
ipse
sta–
liat
sedu
stagnum {}enésar,;th.
Et vidit duas
naves st ántes
secits stagnum
:
piscatóres
au–
·tem descénd<!rant
,
8
/av:íbant
r eti.a.
Ascénclms
autem
in
unam
nuvim;
qt-1.ceerat Simonis , ro–
gavit
eum d
terra
redúce re pu-
sil-
En
aquel
t_iempo: Concurriendo
muchas gentes
á
Jesus para oir
la palabra de Dios ; él se estaba
Jun to al lago de Genesa reth ;
y
.v jo
dos naves que estaban cerca
d "l
estanque, pues los pescado–
res se habian ido
a
lava r
las
re–
des.
Y
entrando en una nave, que
era
de Simon,
le pid ió que se
akjase un poco de
la
tierra
~
y
es-