DESPl)ES DE PENTECOSTES.
34t
sorprehender
a
Jesucristo'
a
lo ménos en sus palabras,
ya
que no hallaban cosa que reprehender en sus acciones ; no
cesaban ·de armarle
ya
un lazo,
ya
otro , poniéndole qües
4
tiones,
y
hadéndole preguntas capciosa s. La que · le hi–
ciéron tocante al tributo que los judíos pagaban al Cé–
sar, era delicada; pero la respuesta del Salvador, que leía
en sus corazones todos sus depravados designios, los
cu–
brió de confusion, manifestando en ,ella una sabiduría en·
teramente divina.
La
epísto'la contiene
una
demostracion
de la ternura que profesaba San Pablo
a
los fieles de la
ciudad de Filipos en Macedonia , los que por su parte le
eran
muy
afectos,
y
le
habian dado muestras
muy
gran–
des de 1o agradecidos que estaban
a
los favores
y
gra–
cias elpiritu
le.~
que les babia procu rado desde su conver–
sion, a istiéndole en
sus
necesi a es ,
y
compadeciéndose
de
él en sus cá rceles, en sus persecuciones;
y
alegrándose
de los progresos
que b(lcia
el evangelio
por
medí~
de
su
predicacion.
-
'
EJ incróiro de la misa es del salmo
129,
el qual es una
·oracion de ·los
judíos
oprimidos de miserias durante
su
cautividad
en Babi lonia: en él le confiesan al Señor sus
pecados,
y
reconocen con humildad , que por grandes que
sean los males que padecen, todavía merecían padecer–
los mayores por sus iniquidades; pero que saben, que la
misericordia de Dios es todavía
mayor
que su malicia;
y
este conocimi nto sostiene
su
confianza en la infinita mi–
sericordia.desu Dios.
Si íniquitátes observáveris Dómine, Dómine quis sus·
tinebit
~ ~onozco,
Dios mio, quán culpable soy
a
vues–
tros ojos: convengo
que
mis pecados son sobre la muche–
dumbre de los cabellos de mi' cabeza; pero si vos exami–
nais con todo rigor nuestras lniquidades;
¡
ó
Señor!
l
quien
podrá sufrir vuestros
juicios~
Quia apud te propitiátio est,
Deus Israel:
Pero,
¡o
Dios
de Israel
!
si vos no hallais en
nosotro~
sino sobrados motivos para perdernos, ha llais en
vos
so~rados
motivos para salvarnos: ·
De profúndis cla–
mávi ad te Dómine, · Dómine exáudi vocein meam
:
Y
así
por mas profundo que sea el abi mo de Ja mi ería en que
he caído; envio confiado mis clamores hácia vos, Señor,
no
~ea ís,
Dios mio, inexorable
a
mi
roz.
La Jglesia ha puesto este salmo en el número de Jos
Tom.
V.
'
Y
3
pe-