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DOMINGO VEINTE Y UNO
aquellos oficios de caridad que Dios nos impone para con
nuestros
he.rmanos,
despues
que
el Señor no ha puesto
lí–
mi tes
a
su caridad para con nosotros; es un exceso de in–
justicia el mayor que se puede pensar. Siervo malo,
i
no
te he
perdonado yo toda la deuda porque me lo has roga–
do~-
i
No
debías, pues,
tú
tambien tener
compasion de
tu compañero, como yo la tuve de
ti~
No des motivo
a
que ca
y~a
sobre ti esta reconvencion.
Sé
generoso, activo
y
pronto en perdonar todo el mal ,
y
todas las injurias
que te hubieren hecho , acordándote que tu generosidad
y
tu liberalidad en ·este punto debe ser la medida dé la que
Dios
usará
contigo.
2
Trátase de conseguir del Señor el
perdon
de tus
pecados , perdonando
tú
todas las ofensas que
~~
han
hecho; otorga,
pues,
este perdon,
y
remjfé todas estás
deudas con
gusto
y
con
generosic,iad.
Anticí
pa,te
y
pre–
ven
a
tus enemigos,
así
como necesitas
que
Dios te pre–
venga
a
ti con su gracia
y
su misericordia. Remite- las
injurias generosamente, perdonando de todo corazon, -con
sinceridad,
y
sin
que
quede en
ti
la menor
reliquia
de
resentimiento.
Tú
querrás
que
Dios se olvide de tus ofen–
sas; olvídate, pues,
tú
de lás que has perdonado. Ten
amistad con aquellos que te
eralll
deudores ,
y
á
quienes
has perdonado
las deudas ;
no
te detengas
en obsequiarles
y
en busc1r ocasiones de servirles : da
a
conocer en tu
conducta afable , grata
y
obligatoria , que te has reconci–
liado con ellos perfectamente. Ya ves que necesitas
tú
mis–
mo que Dios se porte contigo del mismo modo:
Eddem
quippe ·mensúra qua.mensi fw:ri'tis, remetietur
vobis.
~~~~-~~J(~~~~~~~~~J(~~
DOMINGO VEINTE Y DOS
/
DESPUES DE
PENTECOSTE~
Hase
dado
a
este
domingo
el nombre·del domingo del
tributo al César, por hablarse
d~
él en el evangelio de la
misa de este dia. Habiendo los fariseos resuelto entre ellos
sor-