DESPUES DE PENTECOSTES.
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b
las, Josespíritt:-3
m_alignos que
están
en el ayre, todo esto
s:
gnifi.ca,con poca
diferenda,
una q1isma
co::a; es
a
sa–
b
er, las
potestades
dd infierno,
y
el
tentador que se halla
en todas partes,
y
que nos sigue hasta en el lugar s··mo,
has~a
el pie del
altar, hasta en
el
exercicio
de
nues t1
as
buenas
obras.
Níngun
asilo
hay contra sus
malignas
astu–
cias, ningun
abrigo con
era
sus
tiros. Por
esto
decia
el
S.:!lvador
a
sus apóstoles: Orad
y
velad continnamente;
velad
y
orad
para
que no
caygais en la
tenracion, para
que no
os
sorprehenda el enemigo, para que no seais ven–
cidos por sorpres:i.
Si las almas
mas inoct ntes,
si
los dis–
cípulos
mas
fervorosos tienen siempre
que
temer,
y
de–
ben r.rar
y
velar continuamente;
i
quien asegurará
a
los
cristian<:.:g
tibio~
e
imperfectos~
Esas personas
mundanas
que
no
respiran sino
gozo~
y
alegrías: esas gentes de de–
licias, tao festivas siempre
y
tan jocosas: todos esos que
pa~an
su .
vida
en
1a
ociosidad
y
en el regalo,
i
~srán
al
abrig;<;>
de todos
los peligros para estar dispensados
de ve–
lar, de orar
y
de
temer?
Nuestra vida, dice la .Escricur.a,
es
una guerra
y
una
tenta5=ion
con,tinua;
y
así,
debemos
estar siempre alerta.
i
Quien no se pasma , pues , que en
medio
de
tantos peligros , la
mayor part-e de
los
hom–
bres
de nada
se rezelen
y
nada teman?
Quid tu sopóre de- .
prfmeris?
i
Como puedes dormir tan
profundan.ente en .
medio
de un
peligro
tan
grande,
y
agítado
de
una tempes–
tad
tan
violenta~
i
Resistirán un asalto unos sG1dados sin
armas,
y
cogidos
ct.e
improviso? No hay
persona .de
tan
eminente virtud que no tenga que temer ·en órden
a
su sal- '
vacion; ningun órden relígioso, ningun
estado
tan santo, ·
ningun
lugar tan retirado, ninguna soledad tan horroro–
sa en
que
no se necesite de las
armas
de Dios ,
y
en
que
pueda uno estar seguro sin ·escudo, sin ralabarte, sin mor–
rion, sin coraza. No hay santo tan
grande
que uo haya
temido
el peligro
hasta:
el exercicio de la mas austera pe–
nitencia;
i
que es
lo que inspira
a
esos
religiosos
t ibios
e.
·imperfectos,
a
esas personas
enteramente
mundanas,
una
tan
espantosa
seguridad
~
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