DESPUES DE PENTECOSTES.
3r5
parte
hace
decir
al
mismo
após tol ~ ·
qúe un
cristi
no
uo
debe hablar sino de Dios:
Si quis lóquitur,
q t·t
si sennó–
nes Dei.
La
Iglesia llena de este espír itú,
en
to~
o t iempo
ha
puesto en la boca de los fieles cántic
esp
ºrit:u( les
para . fomentar su devocion y· su gozo in erior ,
y
par a
desterrar de toda boca cristiana esas cancíones
p.rof
nas
que no se han podido heredar sino de
1 ,
paganos.
Hay
en los salmQs tan hermosos
senti~ientos
de religion
y
de
piedad, que nada
p~rece
puede halla rse mas
a
pro ·:ósito
para alimentar la devocion de los, fiel
~ s ;
por eso Ja lgle–
sia desde
su
nacimiento hace de e1los su oracion ordina–
ria,
y
obliga
a
todos sus ministros
a
que
iguaimc·nte
ha–
gan ellos la suya. E l pueblo que está consagrado al Se–
ñor ,
C:~da D~
vid, los hijos de Israel que t ienen la honra
de
ll~ga~se
a
Dios .en su templo, can ten himnos
y
cánti–
cos en alabanza suya: '
Hy fhrnu s ómnibus sanct is ejus,
f í–
l iis l srael, pópulo appropinq.ttánti sibl.
Quiere San Pablo
que .meditemos
y
que cantemos interiormente salmos, him–
nos
y
cánticos espirituales , dirigiendo estos cánticos
y
es·
tos salmos al Señor:
Psalléntes in córdibus vestris Dó–
miflo.
Aunque
la
oracion que ·se reza sea la mas
re1ig10-
-
sa , la mas sagra'dá, la mas santa, si no se hace en el
corazon , inútilmente se pronuncia con los labios : Dios
no oye sino la voz del corazon.
-
.Grátias agéntes semper pro ómnibus, in nómine Dó–
mini nostri Jesu Christi, Deo
&
.Patri,
dando continua–
mente por .todo gracias
a
Dios Padre en el nombre de
Jesucristo nu0stro Señór. · Supuesto qu.e nada sucede qué
·no sea por órden de la divina providencia, debemos es–
tar persuadidos
a
que todo lo que sucede es para nues–
tro bien. La enfermedad y la salud, las prosperidades
y
las desgracias , los bienes
y
los males de esta vida todo
contribuye
a
la gloria del Señor,
y
al mayor bien de sus
escogidos:
Diligéntibus Deum
,
dice en otra par te San Pa–
blo,
ómnia cooperántur in bonum.
Es propio de la virtud
de los cristianos, dice San Gerónimo, dar gracias
a
Dios
por lo que les sucede, sea próspero
ó
adverso. Finalmen–
te, manteniéndoos en una mútua sumi ion , añade el san–
to apóstol, .por temor de Jesucris o :
S ubjécti ínvicem in
t imore ChriJti.
Ot denando San Pablo a todos los fieles que
cumplan perfectamente con sus
obligaciones,
cada uno en
su