DESPUES DE PENTECOSTES.
3r. 3.
nes críticas en que todo
tienta~
Non quasi insípiéntes , sed
ut sapiéntes:
vosotros, hermanos mios, continúa
d
santo
apóstol, andad por el camino
de
la salvacion, no como
aque·
llos insensatos que no piensan en los peligros que se encuen–
tran
ea el
camino ni en el término: andad como racionales,
que
previendo todas las dificultades, los malos pasos,
y
los ob"ráculos con que han de topar, toman como gen-,
te cuerda todas las medidas necesarias
para
llegar segura–
mente al término.
S?. n PabJo les st1giere el
verdadero medio de hacer
fe–
lizmente este viage, exhortándolos
a
redimir con el buen
_uso del tiempo presente tantos bellos dias ,
y
tantos años
perdidos :
rediméntes tempus quóniam dies malí sunt.
Como
si dix ;a-a: to o el tiempo que no habeis empleado en el
negocio de la salvacion, el qual es propiamente vuestro
único negocio, ha sido un tiempo perdido;
y
así d€beis
hacer los mayores esfuerzos,
emplear
todos vuesrros cui–
dados, óo
omitir
nada para reparar una tan gran pérdida:
el
único medio que os qued-a para redimir, digámoslo así,
aquellos dias tan mal
empJ~ados,
y
de que Dios
os
pedi–
rá
la mas terrible cuenta, es doblar el paso en el car11ino
de
la
salvacion,
y
santificar todos los días
y
todas ]as
horas
estos dias con
un
aumento de fervor
y
con una devocion
siempre nueva.
El
santo apóstol parece hace aquí alusion
al ardor
y
codicia de .Los mercaderes que echan mano
de
todo para reparar por medio de una ganancia presente las
pérdidas de los
año~
antecedentes;
o
quizá alude
a
aque"'.'
llos caminantes, que debiendo llegar
en
determinado
dia
al término de su viage
~
y
habiéndose detenido
algun
tiem–
po en
el
camino, doblan el paso,
aguanran
el mal tiempo,
se quitan las horas
del
sueño,
y
hacen un esfuerzo para
llegar
a
tiempo
a
su término.
Continúa San Pablo
en
dar sus saludables avisos
a
los
fieles
de
Efeso,
y
en persona
Je ellos
a_
todos
los
cris–
ti nos, continuando siempre la mi ma alegoría:
Propté–
red nolít e fíe1·i imprudéntes, sed intelligéntes quce sit vo–
lúntas Dei:
por tanto, dice, no obr t i .;;
impruoentPrnente,
sino como hombres
que
comprehenden
y
en tier
den bien
la voluntad de Uios. Ved aquí en r ocas pa l-abr? s todo d
gran
secreto de la
vida
espiritual Nuestro
mé
ito
no
con·
si,)te ea
hacer muchas cosas, sino
en
hacer lo que
U1os
qu1e-