DESPUES DE PENTECOSTES.
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g()_
ho_ram ab eif,
in qua mé-
le dixéron : ayer, la hora sép–
tiur
habúerit. Et
dixérunt ei:
tima. le dexó la calentura.
Co–
quia
heri hora
séptima relí-
noció, pues, el padre que aque–
IJ.Uit
eum
febris. Cognovit er-
lla era la hora en que
1~
dixo
go
pater, quia illa
h""ª
erat,
Jesus, tu hijo vive,
y
creyó él,
in qua
dixit
ei
Jerus
:
fílius
y
toda su casa.
tuus vivit
,
B
crédidit ipse
1
éJ
domus ejus
tottJ.
.
Mf:DITACION
De la pronta
obediencia
a
la
'VOZ
de
Dios.
P U N T O P R 1 M E R O. .
Considera ·quánto importa ser fieles
ª
la gracia
=
de
esta fidelidad depende la curacion dei a 1ma ,
y
la salva–
cion.
Hay
días afortunados,
hay
momentos felices en que
la desgracia se hace sentir, en que
la
voz de Dios
se
ha–
ce oir: ¡que desgracia hacerse entónces el sordo, star
de humor, ser incrédulos!
Si
aquel
padre
de que
habla
el evangeli()l no
hubiera
desde luego crt!ido lo ·que le de–
cia el Salvador, si no hubiera sido dócil
a
su voz, qui–
zá su hijo
nunca
hubiera sanado. He aquí, Señor,
que
no- /
sotros lo hemos dexado todo, decia San Pedro
a
Jesu–
cristo en nombre de todos los apóstoles ; como si di–
xera:
a
la primera palabra tuya, al instante que nos has
llamado, apénas lució sobre nmotros el primer rayo de
tu
gracia
lo
hemos dexado todo; quien dice todo, nada
exceptúa: barca, redes, padres, amigos
todo
quanto amá–
barno:;
y
estimábamos en el mundo. Esta generosa
fide–
lidad , esta prontitud gana el corazon de Dios. Quien du–
da en materia de fe, nada cree: quien delibera un
pun–
to de conversion, no se convierte. Quien se desapropia
de quanto posee
y
se lo sacrifica
a
Dios, le ofrece un
holocáusto de un olor sumamente agradable al Señor.
¡Ay
de aquel que no obedece prontamente .a
la
voz del
Señor!
¡
Ay
de
aqud
que parte su corazon entre D!os
y
Jas criaturas ! Dios
llama ~
y
deliberamos
y
consulta–
mos nuestra inclinaéion , nuestras
,pa
.iones , Ja carne
y
la
sangre, el amor propio: para saber de eflos,
digá–
moslo así , si hemos
de aceptar el partido que
Dios
nos
Tom. V.
X
ofre-