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.;
DOMINGO
VEINTE
ofrece' SI hemos de entrar
en
su se rvi cio'
a
la verdad,
¿que otra cosa significan esas medio voluntades , esos
deseos inefi caces, esas odiosas ind terminaciones
?
.Dios
ine habla al corazon , Dios me llam3 ,
y
no sé si le obe–
deceré ,
y
dudo
st
me rendi ré
a
su voz. Ha un mes,
ha seis, quizá ha muchofi años que Dios te pide el sa–
crificio, no de todos tus bienes,
u
de tu propia vida ;
i
y
debías
y ·
pod ias negársele si te le
pidiera~
Te pide
únicamente el sacrificio de un gusto , de un nada ;
y
tú. se le niegas ,
y
todavía no se te antoja darle
a
Dios
este
gusto;
y
todavía no estás de humor
de
com–
place1'íe. Considera la malicia de esta especie de des–
precio ,
y
la gravedad de esta injuria.
l,
Sabes que ese
Dios
a
quien le niegas esa reforma, ese
p~queño ~acri
ficio ,
e~a
nada es aquel Dios de quien esreras conti–
nuos beoefi c ios, el perdon de muchas cul pas ,
y
el de
ese mismo desprecio que haces d.e
él
en negarle lo que
te pide? Confesemos que _nuestra conducta está llena de
contrad ícciones, de i r religion
y
de injusqdas.
Señor,
i
quando abriré los · ojos para ver mis extra–
víos.
y
para espantarme, como debo, de m
irreligiosa
y
miserable conducta si no lo hago
ahora~
P U N T O S E G U
N
D
O.
Considera, que no basta romper los lazos, desp11gar
el corazon , dexarlo todo
~
vencerlo todo; no basta e.i:. tar
dispuesto
a
ha.cer viage si no se tiene una buena guía
a
quien seguir. Todo Jo hemos dexado
y
te hemos seguido,
dicen los apóstoles al Salvador del muado; esto es eu lo
que propiamente consiste su mérito,
y
sob.reesta imita–
cion pa rece funda Jesucristo
el
derecho
a larecompen a;
pues lc::s r esponde: vosot ros que me habeis seguido juz–
garéis
a
las doce tribus de Israel. En efecto,
i
que ser vi–
ri a haberlo dexado todo
y
no seguir
a
Jesucristo~
Este
de
poj o
universal quita
todos
los obstáculos; pero la vir–
tu J no se adq uiere sino
si~u i erido
a
este divino modelo.
¡ Que leccion tan importa nte para las personas re li–
gio as ! ¡Pero que desd icha la suya si despues de haber
roro tantos lazos, si
desp11es
de haber hecho tantos
y
tan
grandes sacr ificios se
encuen tran
al
fi n
de la carrera
~in
ha-