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DOMINGO
VEINTE
Y UNO
anteced n te: este salmo está lleno de tan bellos sentimien–
to, de estimacion
y
afecto
a
la ley de
Dios,
que debiera
ser familiar
a
todo~
los fieles :
B eáti immaculáti
in
via, qui
ámbulant in lege Do'mini:
fdices aquellos que andan siem·
pre por el camino de la inocencia
y
de la ley del Señor.
La proteccion milagrosa que mostró üios en favor del
pueblo judáico en el tiempo que el orgulloso Aman babia
jurado acabar -con él,
y
el teliz
suceso
que tuvo la ora–
cion de Mardoqueo
y
de Estér, han determinado, sin du–
da '
a
la lglesia
a
emplear
tam~ien
el dia de
hoy
en el
in–
tróito de la misa el primer versículo de este salmo.
La epístola, como llevamos dicho, es del capítulo sex–
to de
la
ca rta de San Pablo
a
los fie les de Efeso, en que
el santo apóstol los an ima
a
la lueha , que toda nuestra
vida hemos de tener con los enemigos de nu 'Stra sflva–
cion ; los quates son tanto mas temi bles , quanto están
siempre de acuerdo con nuest o propio corazon, con ooes·
t ros
~entidos,
c0n nuestras pasiones,
y
con nuestro amor
propio.
Confortá:nini in Dómino,
les
dice,
&
in
poténtia vir–
tútis ejus
:
Confortáos en el Señor ,
y
en su virtud todo
poderosa. Despues de haber dado San Pablo instruccio–
nes particulares
a
cada una de las condiciones, se dirige
a
todos los fieles de Efeso en general ,
y
los exhorta
a
re·
sistir con valor
a
todas las tentaciones' contando siem–
pre con la proteccion todo poderosa del Señor ,
y
po–
niendo en él toda
'su
confianza:
lndzíite vos armatúram
Dei,
ut po.rsitis stare advérsus insidias diáboli:
revestíos
de las armas de Dios para que podais estar alerta contra
las emboscadas del demonio. Por las armas de Dios en–
tiende San Pablo la fe, la caridad, la confianza en Dios,
la vigilancia, la oracion, Ja mortificacion, la penitencia,
el fervor, el exercicio de las buenas obras ·, la freqüencia
de los sacramentos, en una palabra, al mismo Jesucristo.
Jlmplea San Pablo gustoso esta m táfora, tomada
de
la
guerra
y
de las armas:
Nam arma
milítice nostrte,
dice .
escribiendo
a
los corintios,
non
carnália sunt,
sed potén–
t'ia D ei nd destructionem munitionum
:
porque las armas
con qu.e peleamos nosotros nada tienen de la carne, ino
que sacan su ,fue rza de
Dio
para destruir las fortalezas
enemigas.
Quiere el santo
apóstol
que los fieles se consi.-
de-