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DESPUES DE PENTECOSTES.

28r

tos dones con que el Señor ós ha enriquecido·tan liberal–

mente, solo sirvan para vuestra condenacion; lo que su–

cederá si no per.'leverais en su ser.vicio ,

y

si con tando

demasiado sobre su bondad Jlegais

a

desmentiros

y

él

en–

tibiaros en su servicio. Este Señor os confirmará · con

su

gracia hasta el fin, sin que os pueda acusar en el dia en'

que

vendrá

nuestro Señor Jesucristo :

Confirmábit vos us–

que in finem sine crimine, in die advéntus Dómini Jesu

Cbristi.

Es

evidente que estas palabras deben tomarse

en.

un

sentido condicional.

Significan , dicen

los intérpretes·,

que Dios no dexaria de da r

a

los corintios todos los so- ·

corros necesarios para confirmarlos mas

y

ma~

en el bien

y

en la práctica de todas las virtudes cristianas hasta Ja

venid~ ,

de

J

ej ucristo; esto es , hasta el fin de la vida,

con tal que por su parte no pongan estorbo

a

la gra–

cia con su ingratitud hácia

Dios

y

con el pecado.

Las

gradas con que el Señor nos confirma en Ja virtud , no

deben impedir el que lo temamos todo de nuestra fla–

que'za :

Cum metu

&

tremare vestram salútem operámini:

trabajad sin cesar en el negocio de vuestra salvacion con

temor

y

temblor. La snbiduría

de

Dios nos dexa Ja

li~

bertad

de

usar

ó

no usar de los auxilios que su bon–

dad nos ofrece:

convida el Ser"íor

a

las coronas

y

·a

los

1

premios,

dice San Crisóstomo;

pero no arrastra

a

los que

no quieren

ir.

Las

gradas

singulares,

y

que

son mas

ex–

celentes, deben hacernos humildes

y

agradecidos ; pero

no fl oxos

y

presumidos. Quanto son mayores los talen...

tos que hemos recibido, tanto mayor es la cuenta que

hemos de dar, dice San Gregorio: quanto uno es mas

rico, tan to mas tiene que perder,

y

tanto mayor cui–

dado debe poner en no perder lo que ha ganado. ¡Que

de brillantes luces se han visto en la Jglesia apagarse

con -el viento por no haber sabido ponerse

a

cubierto

de él por medio de una profunda . humi)dad

! ¡

Quan tas

naves, ricamente

c~rgadas,

se

estre1láron contra una ro–

ca,

ó

encalláron en un banco de arena!

Qui se exfstf. –

mat stare

,

vídeat ne cadat

:

el que

cree estar en pie,

dice en otra parte el mismo apóstol, mire no cayga.

( r.

Corint.

ro.) Ved aquí la importan te

le~cion

que da

el apóstol

a

ios corintios'

y

generalmente-

a

todos los

fi eles.

El