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DOMINGO DIEZ Y OCHO

de el Santo, que ha

beis

recibido no solo la efusion, sino

t ambien la plenitud del E spíritu santo. No obstante , no

qu ie re decir San Pablo que cada uno de los fiel s de Co–

rinto hu biese recibido todos estos dones, sino

que

habían

sido comu nicados abundantemente

a

la iglesia de Corin–

to. Era esta ciudad la mas rica de la Grecia; pero el após–

tol no les da la enhorabuena

a

los corintios sino por sus

riquezas espirituaJes : éstas son las únicas que un cristia–

no debe estimar; .tales son

la

gracia santificante, la

hu–

m ildad , la caridad, la pureza,

y

las demas virtudes cris–

ti~rnas.

Sicut t estimóniwn Christi confirmatum est in vobis:

por quanto lo que se os anunció

de

Jesucristo, se ha ve–

rificado en vuestras personas. Quiere decir , t; ue concaque–

llos dones

y

gracias se habia confirmado

y

fort ificado vi–

siblemente ent re ·ellos la verdad de la doctrina de Jesu–

cristo que el apó. tol les babia predicado,

y

de que les

había dado muchos testimonios. Aquellos dones sobrenatu–

r ales del cielo, el don de lenguas, el qe profecía, el de

cien–

cia , el de m ilagros d iéron testimonio de la verdad de su pre–

d icadon,

y

fué ron unas pruebas ev identes de la excelen–

cia de

su fe, y de la verdad de

la

religion cristiana:

Ita

ut nihil vobis desit in ulla grátia , expect ántihus revela·

tionem Dómi ni nostri Jesu-Christi:

de suerte, que por lo

tocante

a

lo dones

y

gracias gratuitas' añade el após–

tol , no os falta nada

a

vosotros que esperais la venida

y

manifestacion de nuestro Señor Jesucristo : Como si di–

xera: vosotros habeis sido abundantemente provistos de

todos los dones

y

gracias necesarias para sosteneros con–

tra todas las pruebas y esfue.rzos del enemigo de vues–

tra

salvacion,

y

p ara perseverar en la fe

y

en el ser–

vicio de Dios hasta la venida de Jesucristo. Por esta ve–

nida

de l Sa lvador se debe entender, no soJo el juicio final

y

uni versal, sino tambien el juicio particular que sucede

inmed iatamente despues de la muerte. Las gracias ex–

trao rdina rias

y

máravillosas con que

os

ha favorecido el

Señor

des pues de

vu

stra conversion,

os

responden por

las

que está pronto

a

haceros si le ser vís con fidelid ad

has ta la muerte. Con todo, estad continuamente ale r ta ,

no

os eotibieis, corresponded

a

todos estos favores con

una

fi del idad .generosa

y

constante, no sea que todos es-

tos