· DESPUES DE .
P~NTECOSTES.
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JA.CULATORIAS.
Q,uis nos separdbit
d
charitdte Christi? tr_ibulátio, an an–
gústia?
Rom. 8.
i _Quien nos séparará jamas del amor de
Jesucristo~
i
Será
_ acaso la tribulacion
ó
la angustia}
·
Cer:tus
swn, quia
neque rnors, neque
v ita,
neque creat dra
ália póterit nos
s~paráre
d charitáte Dei, qua? est in
ChristQ Jesu_Dómino nostro.
Rom~
8.
·Estoy cierto , que ni la
muerte ~
ni la vida , ni ninguna otra
·
criatura nos podrá separar del amor de Dios, el qual es-
tá
fundado en Jesucristo nuestro Señor.
•
.')
.PRO
POS 1TOS.
1
1
E
1 amor .d.e
Di~s
jamas fué ocioso ni perezoso : ha–
lla modo cómo exercicarse hasta en el reposo. Este fuego
- sagrado que el S'al vador vino
a
traer
a
la tierra se apaga
luego que está sin accioo. Es preciso que caliente, que
alumbre, que queme. Un corazon frío, un espíritu ciego,
una _a lma sepultada en sus imperfecciones están poco infla–
madas del
amor divino. Magdalená
postrada
a
los pies del
Salvador no habia palabra; pero los riega con sus lágri–
mas, los enxuga con sus cabellos, los besa,
y
de rrama
so–
bre
ellos
su bálsamo. Las obras deben decir que amamos
a
Dios. Toda otra voz se hace oir muy poco. El amor di·
vino alLina todas las dHicu ltades,
ó
a
lo m·énos las su pera.
Los que rehusan hacerle
a
Dios cien .pequeños sacrificios ·
que les pide,
i
pueden decir que aman
a
Dios~
Ten el
dia de h,oy el consuelo de probarte
a
ti m jsmo que amas
a
Dios. Mira qué-es lo que te
pide
tar;ito tiempo h4 : tu di–
rector , tu propio corazon , tu concíencia (e lo dicen : no
te costará mucho el hallar materia
para
algun sacri fi cio:
te pide Dios que le sacrifiques ese pequeño resentimiento,
ese pasatiempo,
esa diversion, esa pasion
al
juego, esa vi–
-sita poco necesaria , esa solicitud en com onerte , &c. Pos–
trado
ahor~
mismo
a
los pies de tu crucifixo , dile
a
Dios,
que quieres
po~
su amor ir
a
ver hoy mismo aquell a perso·
na
a
quien rriiras con fri aldad: que quieres privarte de
aquella
visita, de _aquella concurrencia, de aquel juego:
S
2
que