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DESPUES DE PENTECOSTES.

271

es ha prohibido

a

todos- los cristianos la aficion y apego

a

los bienes de la tj eria. Esta fe es la que ha

~ eclarado

una

guerra eterna

a

todos los sentidos, y 1a que ha triunfado

del mundo; esta

fe

es la que hizo tan generosos

a

tantos

millones

de

mártires,

y

la que ha poblado tantos desiertos,

tantos claustros de tantos fervorosos penitentes. Esta fe es

quien da aún todos los dias tantos santos

a

la Iglesia. La

fe no es mas de una;

i

y

esta fe invariable es la fe de las

g

ntes del mundo; de esas personas tan dexadas, tan flo–

xas en el servicio de Dios,

de

esas personas, cuyas costum–

bres, cuyos sentimientos, cuya conducta corresponden

tan poco

a

la santidad

ya

las_máximas

del

evangelio? Esas

gentes tan poco .

d

1

evotas, tan tibias, tan poco religiosas,

que

i

nen

ur;\a vida tan poco inocente , tan poco cristia–

na ;

i

tienen e'sta fe

~

El evangelio

et

del capitulo

22

.de San Mateo.

In

illo témpore

,

acceuérunt ad

J ernm Phariscei: Et interro-

1

g avit eum unus ex eis legis

áoctor, tent ans eum: M agís ter,

quod est

ma.ndátwri

magmtm in

tegr

'?

Ait

il~i

Jesus: diliges

D óminmn Deum tuum ex to–

to corde tuo,

8

in toia áni–

ma tua,

8

in.

tota

mente

tua."

Hoc est máximum

,

8

primum

mandátum. Secúndum

autem

si–

mile est huic: Diliges próximum

tuum

,

sicut

1

eipsum.

1

n his

duobus

mandJt is

univér

sa

lex

pendet

,

8

prophétce. Congre–

g á1 is

au tem

P harinei.r,

in-_

t erroga'l.•it

eos

Jesus, dicen.r:

Quid

vobis vidétur de Chris–

t o

?

cuiu s fil ius est?

Dicunt

ei : David.

Ait itlis

:

Quó–

modo ergo

D.'l~

id

in

spfrittt

'SOcat

eum Dóminum ,

di

·.ris:

Di

·it

D ó1

inus

D ómino meo;

s d

a

dt! xt ris meis

d1m

'e

ponam

inimi

·os tuos

scabél!um

pe-

En aquel tiempo se llegá.ron

a

Jesus los fariseos,

y

uno de

ellos , maes t ro en

la

ley , le pre–

guntó , tentándole : Nlaesrro,

z

qual es el gran mandami nto

de la ley

~

Respondi ole Jesus:

amarás al Señor tu Dios con

todo tu corazon , con toda tu

alma , y con todo tu espíritu.

Este es l maxímo. , y el pri–

mero de los mandamientos. Y

el segu ndo es semejante

a

éste:

amará

a

tu próximo como

a

ti

mi

mo. E n esto dos manda–

mientos consiste toda la ley,

y

los profetas . Habiéndose con–

g regado los fari eos . les pre–

g untó J esu , di ciendo : qué os

pa rece del Cr i ro: ¿de quien

es h ij o ? D

David . D 1xol s:

pu s cómo Da id en espHit u- 1e

Ha ma efior , d iciendo, d ixo el

Señor

a

mi S ñor: iénta te

a

mi diestr a ha ta que ponga

a

tus enemigos por escabd de

~us

pies