Table of Contents Table of Contents
Previous Page  284 / 416 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 284 / 416 Next Page
Page Background

274

DOMINGO DIEZ Y SIETE

na (

2 .

Corint.

32. ), la caridad no es

envidiosá,

nada

hace

per versamente,

no

se

hincha:

no

es ambiciosa, no busca

sus

prc;>_pios

intereses, no se irrita ,

no

piensa mal de nadie,

no se

alegra del

agravio

ni

del

mal de

otro; solo

se

alegra

y

se goza de lo que es conforme

a

la verdad,

y

de

la

pros–

perid<id

de sus

h€rmanos: es dócil,

humilde,

agradable,

constante.

i

Reconoces.

tu

devocion

y tu

amor

de

Dios

en

esta

.Pintura~

_

.

- Dices que

amas

a

Dios

de

todo ·

córazon: este

es

el

P:".i- .–

mero

de

ló:q

mnndan:iientos,

y

la basa de todos los ot ros;

y

nada

pu edes

sufrir ni padecer pur

eLamor

de

Dios:

amas

él

Pios,

y

no

amas a tu

próximo:

estás

resentido

con

él,

y

no

puedes resolver te

i

reconciliarte con

tu~

hermanos.

Amas

a

Dios,

y

quebrantas sin escrúpulo

a

c,da

pa~

las

órdenes

de

Dios,

y

prefieres·

tus

inclinaciones

a

la

voluntad

de

Dios,

y

sacrificas los intereses de Dios ,

tu

conciencia,

tu

religion

a

tus

-propios

intereses '

a

tus

pasiones

' .a

tu

gloria.

Dices

que

~mas

a

Dios:

i

sostendrás esta proposi–

cíon en el

tribunal

de Dios? Si amar

las

honras

y

los

de·–

leytes' si el

amarse

a

mismo .

únicamente'

fuera amar

a

Dios,

múchísimas gentes

podri.an

decir.

que aman·

a

Dios:

i

y

no serí_as

una

de

ellas~

Consuite,mos

nues ~ras

accio–

nes

mas

bien -

que-

nuestro~ .

sentimientos

y

.que nuf'stras

ideqs;

es necesario poder decir

a

Jesucristo

coma

San

Pe–

dro:

tú sabes,

Señor,

que te amo:

que

no

puedes

enga–

ñarte., conoces que

-mi

corazon está abrasado de un vivo

· _y

ardiente

amor ,de ti.

Es necesario que .nuest,ra humildad

·y

nuestra paciencia, nuestra mansedumbre, nu

0

stra

mor–

tificacion , nuestra caridad con el próximo , nuest ro fervor,

nuestra

perseverancia n·os

Pl!-e-d an

decir

a

nosotros mismos

que amamos

a

Dios: otro qualquiera testimonio sobre es–

te punto es sospechoso. El mismo

Dios

no atiende ni es--

cucha otro lenguage.

.

¡Ah Señor! ¡Que de tiempo he estado engañado,

li–

sonjeándome ·que

os

amaba

!

Los defectos tan niultiplica–

dos

y

tan

groseros

que he

cometido ,

hubie~ran . podido

abrir–

me los

ojos,

y

descubrir la ilusion en

que

·estaba ,

si ésta

ilúsion hubiera sido ménos

voluntaria;

per o pues

os

dignais

hacerme el favor de q4e conozca quán poco os he amado

hasta aquí, concededme _que os ame desde este momento

4e

todo corazon.