DESPUES DE PENTECOSTES.
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tosos que hizo Dios
a
los corintios por Jesucristo, los te–
so.ros espirituales de que los ·colmó, especialmente
dán-
,..
doles
el
don de la palabra
y
de la ciencia , es un elogio
de esta floreciente Iglesia. El intróito de la misa es una
oracion que hace
a
Dios la Iglesia para suplicarle se digne
dar la paz del corazon
y
de la conciencia
a
tcdos los
que
le
sirven con fervor
y
con fidelidad,
a
fin de hacerles gustar
la dulzura que se encuentra en su servicio. D · lcapítulo trein–
ta
'y
seis
del
Eclesiástico formó la Iglesia
la
oracion con
que empieza la misa de este dia.
Da p'acem, Dómine, sustinéntibus te, ut prophétce
t ui
fidéles inveniántur.
Señor, da la paz
a
los que te esperan,
para que tus profetas salgan verdaderos
y
fieles,
y
no pa·
rezca:1 que rsofetizáron
en
vano:
Exáudi preces scrvi
tui,
& ·ptebis tua; Isra'e'l:
Oye
las oraciones de tu siervo...
y
las
de tu pueblo Israel:
Lcetátus sum in bis, quce dicta sunt rni–
hi: in domum Dórnini íbimus:
Me he bañado de gozo al oir
que habíamos de ir
a
la casa del Señor. Estas últimas pala·
bras
se
tomáron del salmo.
101.
Este salmo contiene los en-
- timientos del pueblo judáico quando estaba en vísperas <le
salir de la cautividad de Babilonia. Los judíos cautivos en
una tierra extraña no cesaban de pedirle
a
Dios les con–
cediese volver
a
su país,
y
suspiraban sin cesar por su
li·
bertad. Habie-ndo sabido que Ciro habia expedido un edic–
to para por.erlos en libertad,
y
volverlos
a
su amada pa–
tria , el primer objeto de su gozo
y
de sus acciones de
gracicis es que vol verán
a
ver el templo del Señor:
La;~.
tdtus sum in bis, qua? dicta sunt mihi: in domum Dómini
fbimus.
Ninguna cosa mas bella, ninguna mas loable que
este devoto sentimiento, el qual muestra un fondo admira–
ble de rel igion en aquel pueblo. Por estas figuras nos ense–
füa el Espíritu santo quáles deben ser nuestros a fectos
y
nuestros suspiros por el cielo, nuestra verJadera patria.
Este salmo le compuso David con espíritu -de profec h .
previendo
el
gozo que tendría el pueblo un dia al vol vt t '
a
ver el templo de Jerusalen despues de una lan dilatada
cautividad. Este modo de empezar el salmo es la expre- ·
sion de gozo
y
de alegría, dice San Crisóstorno, que cau–
só
a
los judíos cau ti vos la feliz nueva de su libertad
y
de
su vuelta
a
Jerusalen. San Hilario, San Agustín
y
San Ge–
rónimo aplican
a
la felicidad de ir
a
la Jerurnlen cele$•
Tom. V.
S 3
tial